¿Recuerdas aquella época en la que tu televisora nacional producía contenido original digno de romper esquemas y causar ruido a nivel internacional? Yo tampoco.
Netflix inició en 1997 como un servicio de renta de películas a través de correo postal, sin embargo dio el salto a lo grande cuando se transformó en un servicio de paga para acceder a contenido vía streaming y en 2013, inició creando contenido original. Hoy en día agradezco cada una de las grandes producciones que tiene cómo Daredevil, House of Cards, y las que aún están por venir, y una de las que hoy puedo afirmar, es la mejor serie que han creado, se llamada Stranger Things.
Historia
Hawkins, Indiana, 1983. Un niño llamado Will Byers desaparece bajo circunstancias sospechosas. Su madre (Winona Ryder) inicia una investigación con las autoridades locales para esclarecer la desaparición de su hijo, pero ahí no acaba todo.
Ante la desesperación de Joyce (madre de Will), así como de los amigos de este chico, Mike, Dustin y Lucas, la historia desenreda una serie de misterios que involucran experimentos secretos realizados por el gobierno, fuerzas sobrenaturales y a una niña muy extraña llamada Once.
A lo largo de ocho capítulos los hermanos Duffer nos presentan una historia que pareciera algo súper común incluso para una novela mexicana, pero con elementos que nunca imaginaste y con una calidad de producción que te dejará con un excelente sabor de boca.
Will Byers es realmente el niño que desaparece, pero los protagonistas aquí son sus tres amigos y su madre, así como esta pequeña llamada Once que logra escapar de unos laboratorios controlados por el gobierno en los cuáles hacen experimentos con ella para que tenga el poder de controlar y explotar su mente de una manera inimaginable.
Stranger Things combina el terror de Stephen King, la amistad de E.T. El Extraterrestre, los misterios de The Goonies, la gran fotografía y calidad que Netflix siempre otorga, y a una gran actriz como Winona Ryder en la pantalla chica, para traernos, para mí, la mejor serie con la que el servicio en streaming cuenta hoy en día.
Toda la primera temporada de esta serie en definitiva no inventa nada, pero sabe poner muy bien las cosas en contexto. Los tres chicos, una madre desesperada y el protagonismo completo por parte de Once hacen que ésta serie incluso toque temas como la Guerra Fría, la lucha contra los comunistas, “el gobierno muy al estilo de la novela 1984″ y los sucesos paranormales e interdimensionales que ayudan a meternos mucho más en todo el desarrollo que nos tienen preparado.
Presentación
No puedo decir nada más que: Stranger Things te enamora desde los primeros cinco minutos. Así de fácil, pues toda la secuencia que ocurre en los primeros minutos nos trae referencias a Star Wars, Dungeons & Dragons, e incluso algunos guiños a lo largo de la temporada a The Lord of the Rings, complementado también por Poltergeist y un poquito de tributo hacia Silent Hills, aunque ésta última no es una presentación de los 80s.
Cómo la propia empresa lo describía, y me atrevo a retomar esas palabras, Stranger Things es una carta de amor al cine de hace tres décadas, nos presenta una fotografía exquisita y unas escenas que realmente cautivan, su banda sonora juega un papel muy importante con sonidos muy ad hoc a la temática y a cada una de las situaciones que se viven.
El desenvolvimiento de los personajes es sumamente impresionante. Winona Ryder deja en claro la calidad de actriz que es y la personificación de una madre divorciada que lucha por el bienestar de sus hijos se ve reflejada cuando Will desaparece, pero no solamente con el ausentismo del pequeño, sino que también ella se da cuenta que le ha hecho falta al más grande de sus hijos, tanto en el aspecto emocional como en el resto de su vida, y este suceso es lo que los une mucho más como familia.
Dustin es todo un personaje, su dentadura deformada (que en la vida real también cuenta con esta situación) y su carisma lo convierten en el personaje más recordado de la serie, no solo por ser el intermediario entre las discusiones de sus otros compañeros, sino también por sus ocurrencias y su forma de actuar ante diversas situaciones.
Mike por su parte es el «líder del equipo» y es quién se hace cargo de Once una vez que ella aparece en sus vidas. Su intento de familia perfecta también se ve reflejada en esta situación desconcertante y que lo ponen en un papel protagónico de igual manera. Lucas es el chico que quiere hacer las cosas sin ayuda de nadie, pero que realmente tiene que aprender que todos en algún momento requerimos del compañerismo y ayuda de nuestros seres queridos.
El cast se complementa con el sheriff que perdió a su hija y que lucha por una razón de ser hoy en día, pero del cual siento que hay una conexión con todos los sucesos extraños que acechan en Hawkins. Está la hermana de Mike, enamorada del chico popular, el hermano mayor de Will, introvertido pero con gran valentía, y el científico loco que viste cómo si fuera un Men in Black.
Conclusión
Ocho capítulos fueron suficientes para complementar una historia tan fascinante que me la chuté en un solo día. La conclusión obviamente nos deja la puerta abierta para una segunda temporada que fuera confirmada tan solo tres días después del lanzamiento de esta primera parte, pero la duda queda ¿seguirán una línea continua o se irán un poco más al estilo de American Horror Story?
Sea cual sea la respuesta, estoy seguro que estaremos ante una segunda entrega igual o mejor que su ahora predecesora, y aunque he de admitir que al inicio no me agradaban los títulos de inicio de la serie (pues se me hacían muy flojos y vagos), después de relacionarlos con la época en la que se desenvuelve la historia, quede sumamente satisfecho con el resultado final de todo lo que incluye, habla y hace referencia Stranger Things.
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