Después de su selección en el Festival Internacional de Cine de Monterrey, al igual que en el Chicago International Children Film Festival durante el año 2023, el cortometraje mexicano Aguacuario, dirigido y escrito por José Eduardo Castilla, tendrá su estreno europeo en el marco de la edición número 74 del Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), que se llevará a cabo del 15 al 25 de febrero; será parte de la programación presentada en la sección Generation Kplus, lo cual representa un logro importantísimo para todo el equipo involucrado en su realización y, sobre todo, para un proyecto completamente independiente que surgió de las ganas de hacer cine y contar una historia.
Aguacuario nos lleva a las calles del puerto de Coatzacoalcos, en Veracruz, donde un niño de 10 años, quien trabaja junto a su hermano mayor repartiendo garrafones de agua en un viejo triciclo, deberá decidir entre cumplir con sus responsabilidades o emprender una aventura cuando conoce a una niña de su edad. Se filmó durante el año 2021, es el primer cortometraje de su director y fue posible gracias a un financiamiento absolutamente independiente con préstamos y el apoyo incondicional de numerosas personas que se unieron al proyecto, incluyendo familiares, amigos y gente de Coatzacoalcos; también se contó con apoyos en especie por parte de la Secretaría de Cultura de Coatzacoalcos y el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
“Se trata de un proyecto que se origina en mi infancia, en la purificadora de agua de mi abuelo. La historia explora los momentos que parecen ser insignificantes, pero que con el tiempo se vuelven esenciales. De la misma forma, ofrece una reflexión sobre la infancia, la amistad y las responsabilidades de los niños que trabajan en los negocios familiares. Desde que decidí dedicarme al cine, he advertido la importancia de contar historias más allá del centro de México, en donde se originan la mayoría de las narrativas del cine mexicano. Durante mi infancia, las pocas películas mexicanas que llegaban a Puebla y Veracruz siempre eran filmadas en la Ciudad de México, o estaban filmadas por personas originarias de ahí.
Recientemente se ha incentivado que otros estados de la República sean representados en el cine, pero la realidad es que estos apoyos son otorgados a personas que radican en la Ciudad de México y se van a otros estados a filmar. Por eso, es importante fomentar oportunidades de profesionalización más allá del centro del país, para que gente del norte, sur, este y oeste puedan contar sus propias historias. Me gusta pensar que Aguacuario es un primer paso para este cambio y me llena de satisfacción que una historia tan personal transcurrida en Coatzacoalcos esté siendo apreciada del otro lado del mundo.
Esperamos que este sea solo el comienzo, que la historia siga llegando a más lugares y, sobre todo, que se proyecte en más lugares de México. Agradecemos profundamente a todos los que han sido parte de este viaje y esperamos que se siga sumando gente al grito de ¡Aguacuario!”
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