México, 1994. En algún lugar del entonces Distrito Federal, un par de jóvenes tiene una premonición durante su viaje alucinógeno: el candidato a la presidencia, Luis Donaldo Colosio, será asesinado en tres días en Lomas Taurinas, Tijuana. ¿Qué sigue después? De eso trata Colozio (2020), el segundo largometraje del director mexicano Artemio Narro que propone una aventura fílmica llena de hedonismo, misticismo, dibujos animados y drogas.
Se trata de una película única que mezcla la realidad política nacional con la odisea aventurera. Una historia de humor negro que, por momentos, podría relacionarse con la fantasía, pero que vista desde otro ángulo refleja la idiosincrasia de la sociedad mexicana con sus luces y sus sombras.
Colozio es una cinta tan inusual como su nombre. Es, en palabras de sus creadores, una historia lúdica, una suposición de lo que pudo haber sucedido. Que el espectador no se extrañe si ve escenas caleidoscópicas o secuencias animadas: todo forma parte de la narrativa que se propone. Al final, los protagonistas emprenden un viaje a Lomas Taurinas que acabará por convertirse en un viaje al interior de sus propias vidas.
El filme mexicano tuvo su estreno mundial en Países Bajos la pasada edición 49° del Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR, por sus siglas en inglés), uno de los cinco festivales más importantes de Europa junto con Venecia, Berlín, Cannes y Locarno.
Un viaje psicotrópico, una amistad del alma y la posibilidad de cambiar la historia son las piezas que conforman a este roadtrip estrambótico. Después de su paso en diversos festivales cinematográficos, Colozio finalmente se estrenará en México en la catedral del cine, la Cineteca Nacional, a partir de este viernes 19 de mayo.
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