Durante el primer día de aplicación de GDPR, Facebook y Google han sido golpeados con una serie de demandas que acusaban a las compañías de obligar a los usuarios a compartir datos personales.
Las demandas, que buscan multar a Facebook con 3,900 millones de dólares y Google con 3,700 millones de euros, fueron presentadas por el activista de privacidad austríaco Max Schrems, crítico desde hace mucho tiempo de las prácticas de recopilación de datos de las empresas.
GDPR requiere un claro consentimiento y justificación para cualquier información personal recopilada de los usuarios, y estas pautas han empujado a las empresas a través de Internet a revisar sus políticas de privacidad y prácticas de recolección. Pero aún existe una incertidumbre generalizada sobre cómo los reguladores europeos tratarán los requisitos, y muchas compañías todavía no están preparadas para la aplicación.
Tanto Google como Facebook han desplegado nuevas políticas y productos para cumplir con GDPR, pero las quejas de Schrems argumentan que esas políticas no van lo suficientemente lejos. En particular, la denuncia señala la forma en que las empresas obtienen el consentimiento para las políticas de privacidad, solicitando a los usuarios que marquen una casilla para acceder a los servicios. Es una práctica generalizada para los servicios en línea, pero las quejas argumentan que obliga a los usuarios a una opción de todo o nada, una violación de las disposiciones del GDPR en torno a un consentimiento particular.
Shrems le dijo al Financial Times que los sistemas de consentimiento existentes claramente no cumplían. «Ellos saben totalmente que va a ser una violación», dijo. «Ni siquiera intentan esconderlo».
Las demandas se dividen en productos específicos, con una presentada contra Facebook y otras dos contra sus subsidiarias de Instagram y WhatsApp. Se presentó una cuarta demanda contra el sistema operativo Android de Google.
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