Game Awards: Se trata de todo, menos de videojuegos

En un abrir y cerrar de ojos, por fin llegó el mes de diciembre. Ha sido un año bastante mediocre en lo que respecta a los videojuegos; claro, tuvimos algunas joyas como Bloodborne o The Witcher 3, pero si ha dejado mucho que desear. Gracias a la maravilla del streaming hemos podido presenciar los eventos más importantes del gaming, sin embargo, uno en particular ha tenido mucha relevancia con el paso de los años: los Game Awards. Se trata de un evento que premia a lo mejor de la industria de los videojuegos. Lamentablemente, la realidad es completamente diferente.

Estos premios originalmente eran conocidos como los Spike Video Game Awards, organizados por, precisamente, la cadena de televisión Spike TV, pero fue hasta el año pasado cuando cambiaron su nombre solamente a Game Awards. Existen muchas opiniones encontradas sobre estas premiaciones, pero todas tienen un denominador común: este evento se trata de todo menos de videojuegos.

Geoff Keighley, mejor conocido como el señor Doritos, es el presentador de los Game Awards.

Muchos se preguntarán por qué, si el evento premia a los juegos más destacados del momento, pero en realidad no es así. Veamos a algunas de las nominaciones: podemos encontrar lo más básico como juego del año, dirección de arte o mejor interpretación de personajes; hasta ahora eso no tiene nada de raro, pero luego encontramos otras categorías fuera de lugar como juego más esperado, mejor jugador popular (llámese youtuber) o mejor equipo de eSports. Como podrán darse cuenta, los Game Awards son más bien premiaciones juveniles muy al estilo de los MTV Video Music Awards o los Kid´s Choice Awards. Incluso el formato de su presentación es muy similar: cuenta con un conductor que quiere ser carismático pero no lo es, hay estrellas invitadas de televisión/Hollywood que no están relacionados con los videojuegos, tiene números musicales y la mayor parte de la audiencia está compuesta por gente joven que ven los videojuegos más como una moda del momento en vez de apreciarlos de forma crítica.

Deadmau5 cerró los Game Awards de este año. ¿Por qué? Porque a los chavos les gusta. Fin.

Siendo honesto, en estos tiempos donde los valores de producción para crear un videojuego están por los cielos, lo más idóneo sería premiar el esfuerzo de los desarrolladores quienes, sea la obra que sea, tienen que lidiar con mucha presión, trabajando horas extras sin hacer las pruebas suficientes para brindar un producto de calidad y con la menor cantidad de errores posible, con el fin de cumplir los estrictos tiempos de entrega (a eso súmenle la presión de las preventas). Y ya que hablo de calidad, este tipo de premiaciones deberían servir para que los desarrolladores se esfuercen más para brindarnos juegos de muy buena calidad, para que su trabajo sea reconocido y valorado por nosotros los jugadores, para apreciar más su obras, tal y como ocurre con las películas. Pero desgraciadamente, eso no es así.

Tomemos por ejemplo los Game Awards de este año: dentro de la categoría de mejor juego multijugador, Splatoon resultó ser el ganador. Splatoon fue una de las revelaciones del año por su gameplay adictivo, pero lo más sorprendente, es que era una nueva IP. Era la primera vez en mucho tiempo que Nintendo no tomaba el riesgo de salir de su zona de confort y se animaba a crear una nueva propiedad intelectual con la calidad que siempre los respalda y terminó siendo un rotundo éxito, pero ¿qué salió mal? Bueno, lo normal sería que el director del juego o alguien cercano a su desarrollo saliera a reclamar su premio, pero en vez de eso, apareció Reggie Fils-Aime, presidente y jefe de operaciones de Nintendo of America (por si no lo conocían); subió al escenario, agradeció a todos los asistentes por el éxito de Splatoon y ya, los desarrolladores de este juegazo brillaron por su ausencia. No es que tenga nada en contra de Reggie, pero el mérito debería ser para ellos, no de él.

Sin embargo, las cosas no terminan ahí. Otro de los aspectos más criticados de los Game Awards, además de su terrible formato de premiaciones juveniles, es que una oda al marketing en su máximo esplendor, que van desde la descarada (y a veces exhaustiva) presencia de los patrocinadores hasta la presentación de nuevos juegos. ¿Por qué utilizar los Game Awards, que supuestamente premia a lo mejor de la industria, para mostrar avances de próximos títulos cuando tienes eventos especializados como el E3, Gamescon y demás para promocionar títulos próximos? Es como si en plena ceremonia de los Premios de la Academia nos presentarán un tráiler de Marvel o peor aún, una nueva película de Adam Sandler.

Podría decirse que esta es la principal razón por la que muchos asisten o sintonizan los Game Awards, para ver qué  es lo que está próximo a salir. Ni siquiera los VMA hacen este tipo de cosas, es ridículo, le quita “veracidad” a este evento (el chiste se cuenta solo) y termina por convertirse en una plataforma más del marketing. Si el fin de los Game Awards es enfocarse más en los avances que en los premios en sí, entonces lo mejor sería publicar los trailers por internet en vez de gastar dinero en montar un evento de gran magnitud.

La única razón por la que todos ven este evento.

Sí, muchos consideramos a los Game Awards como un chiste sin sentido y no es para menos, sus premios carecen de valor, premian a lo que más le gusta a la gente y la forma en la que abusan del marketing es imperdonable. Pero quizás los Game Awards sean un reflejo de lo que es en realidad la industria de los videojuegos hoy en día; aquello que comenzó como un hobbie que buscaba ser una revolución como entretenimiento electrónico en su tiempo, hoy, como la gran mayoría de las cosas, se ha convertido en una moda masificada. No digo que esté mal, al contrario, me alegra mucho que los videojuegos hayan dejado de ser solamente un nicho para llegar a más personas, pero éstos han sido sobreexplotados de una forma alarmante.

Es una lástima que un evento como los Game Awards sea considerado más como una herramienta de marketing en vez de ser una auténtica ceremonia que recompense el trabajo que hay detrás de nuestro pasatiempo favorito; pero no todo es malo después de todo, ya que existen otro tipo de premiaciones que si le dan crédito a los desarrolladores, como los BAFTA, por ejemplo.

Los DICE awards (Academia de las Artes y Ciencias Interactivas) también premian el esfuerzo de los desarrolladores.

Los Game Awards seguirán existiendo, de eso no hay duda, me gustaría pensar que en algún futuro cercano estos premios cambiaran para bien, pero en especial nosotros como videojugadores (sobre todo los jóvenes), que debemos ser más críticos con respecto a los juegos y no dejarnos apantallar con lo primero que nos pongan enfrente porque, al fin y al cabo, nosotros somos quienes tomamos la decisión sobre ellos con nuestras carteras.


Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus Media.

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