The Witcher ha representado uno de aquellos títulos que le ha reportado a Netflix un gran reconocimiento. Una historia fantástica protagonizada por una estrella de Hollywood, Henry Cavill, al que conocemos principalmente por su interpretación de Clark Kent / Superman, que se pone en la piel de un lacónico y heroico Geralt de Rivia: un brujo cuyo oficio es el de cazador de monstruos, pero al que el destino le depara tareas más relevantes.
Pese al gran éxito de la primera temporada y la expectación frente a la segunda, cuyo estreno está muy cercano, algunas fuentes hablan de la posibilidad de que no llegue a producirse una tercera. Para ser exactos, los creadores han afirmado que todavía no se ha dado una renovación formal para esta tercera entrega; lo que no significa que no vaya a acontecer en un futuro próximo. Lo que sí es cierto es que las circunstancias del año pasado dificultaron, y mucho, la producción de la segunda parte.
La serie, en su primera temporada, tuvo una gran recepción de crítica y público, probablemente no solo por su ambientación, sino también porque la construcción de su argumento atesoraba gran riqueza y complejidad, trasladándonos a un universo nuevo y épico. La forma en la que se nos presenta una coexistencia de reinos, magia, monstruos y batallas por el poder era nueva, aunque la idea sea clásica y, en ocasiones, manida. Aun así, tales ingredientes han atraído y satisfecho a miles de internautas y usuarios de las redes sociales: debemos recordar que esta es una promoción impagable, ya que mueven a un gran número de fans que siguen sus recomendaciones. Pensemos, por ejemplo, en Keith Becker, el reconocido jugador de póker que repasa películas y series mientras retransmite sus partidas, con gran afluencia de público.
Precisamente, la complejidad y riqueza de su trama propiciaron que los ocho capítulos de la primera temporada fueran harto insuficientes. De hecho, introducidos los personajes y viendo cómo comenzaba a andar la línea argumental, nos quedamos a las puertas de conocer muchos de los hechos y las incógnitas que planean sobre sus protagonistas y el futuro inmediato que les espera. Por poner algunos ejemplos, al final de la primera temporada apenas vemos unos atisbos de la infancia de Geralt y de cómo acabó transformándose en un brujo. También nos hallamos (spoiler) ante el encuentro entre el protagonista y la pequeña Ciri, de la que no sabemos nada de su potencial. De la misma manera, poco sabemos de las intenciones (más allá de la ambición conquistadora) del líder del Imperio de Nilfgaard, así como de las maquinaciones de La Hermandad.
En el final de la temporada 1, el “cliffhanger” no era opcional. Viendo cómo avanzaba y todo lo que quedaba por descubrir, era imposible que quedasen los cabos atados y sintiésemos un respiro de cara a la segunda, cuya fecha de emisión se ha fijado para mediados de diciembre de este año.
Para la segunda, esperamos muchas cosas: para empezar, ahondar más en la faceta de cazador de monstruos de Geralt, de la que en la primera apenas hemos tenido unas pinceladas. También estaría bien ver cómo avanza la transformación de Yennefer, tanto en el cambio de actitud como en el potencial de su poder. Lo que sí sabemos es que se han filtrado algunas informaciones sobre el posible primer capítulo, “A Grain of Truth”, el cual girará en torno a la familia y realizará una suerte de adaptación del cuento clásico, “La bella y la bestia”, introduciendo a un nuevo monstruo cuya historia nos asombrará.
Mientras tanto, y para amenizar la espera, Netflix nos ofrece The Witcher: La pesadilla del lobo en formato de animación que narra la historia de Vesemir, el que fuera maestro de Geralt. El mentor deberá cumplir con un contrato para librar de un monstruo a un reino, lo que promete grandes dosis de emoción para los amantes de esta saga. Así pues, quedará saber si finalmente se firma la tercera temporada de la serie. Esperemos que sí.
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