En prácticamente cualquier smartphone, el punto más débil ha sido siempre, cualquiera de las 4 esquinas. Ese punto fatídico que pone de nervios al 32% de los usuarios, quienes tiran su celular al menos una vez a la semana. Pero gracias a la combinación de polímeros y las diferentes capas de protección que ofrece un OtterBox, le proporcionan la dureza y agarre perfecto necesario a los dispositivos para que sean protegidos con una ingeniera de precisión.
Los ingenieros de la marca han sometido a cada uno de los protectores en el rigoroso programa de OtterBox, el Programa de Certificación Contra Caídas (Certified Drop+ Protection), examinándolos a través de 24 pruebas durante más de 238 horas en un laboratorio independiente.
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