Testament: The Order of High Human

La lucha entre la luz y la oscuridad es un tema tan cliché en la industria que cuando tenemos otro producto que habla de lo mismo solo podemos esperar que este sea diferente, aunque sea en algún aspecto, pero desafortunadamente no todos los productos pueden hacerlo.

Testament: The Order of High Human lleva esta temática a un mundo que se nota a leguas está inspirado en otros juegos AAA, pero tratando de diferenciarse en cierta manera, aunque no necesariamente de forma exitosa.

¿Listo para embarcarte en una aventura llena de misterios?

Historia

Testament: The Order of High Human nos cuenta la historia de Aran, un rey de la raza High Human de la tierra de Tessara, quién ha sido traicionado por su hermano Arva y que a su vez ha perdido sus poderes.

Los primeros minutos del juego nos muestran a nuestro protagonista rescatado ¿o secuestrado? haciéndose preguntas sobre qué está pasando, dónde está y fijándose la meta de regresar, solo para darse cuenta que no será tan fácil como espera.

La historia del juego, tanto a través de cinemáticas como a través de los coleccionables regados por todo el mundo, nos cuenta cómo la tierra está siendo atrapada por la oscuridad y en camino hacia la destrucción, y será nuestra misión como rey caído, levantarnos, recuperar nuestros poderes y salvar a Tessara de su fin.

La verdad es que no me sorprendió mucho la historia pues personalmente le encontré mucho parecido a lo que jugué en Aeterna Noctis, y creo que eso provocó que pierda interés en Testament, pues si bien tiene un lore profundo, sus constantes idas y vueltas e incluso me atrevo a decir, duración estirada a la fuerza, provocaron que pierda el hilo.

Presentación

El juego cuenta con un estilo en 3D bastante bien diseñado. Tessara muestra a leguas que está pasando por un momento tétrico, oscuro y desolado. Vemos como algunos ciudadanos han quedado ahí muertos, mientras que los peligros acechan en cada rincón que exploramos, al menos en teoría.

Los diseños de escenarios son buenos, los interiores tanto de casas, edificios, y hasta subterráneos cuentan con un buen nivel de detalle y hacen que la exploración sea fácil, pero hablando de exploración, el primer consejo es que no pierdas el tiempo saliéndote del camino principal porque nunca vas a encontrar algo realmente valioso para el gameplay.

No hay un creador de personajes ni mucho menos podemos personalizar a nuestro protagonista, que de todas formas ni lo ves porque estamos ante un juego en primera persona y prácticamente la única forma de ver a tu personaje es en el menú. Los otros personajes, como Arva, están decentes, nada sorprendente, pero funciona.

No fui fan de los enemigos porque creo que son demasiado genéricos, orcos feos y gordos o zombis que solo me recordaron a los caminantes blancos de Game of Thrones. Por otra parte creo que los jefes sobresalen por su diseño y por su jugabilidad, algo bastante retador por cierto.

En cuestión de música personalmente siento que pasó desapercibida. Los efectos de sonido no destacan tampoco. Sin embargo, el trabajo de voces está bien realizado y creo que todos los actores lograron transmitir las diversas emociones de sus respectivos personajes, lástima que el guion no ayudó mucho. Otra queja es que a veces las constantes frases de Aran sobre «ya no tengo flechas» o «tengo que curarme» pueden ser demasiado fastidiosas.

Un problema a destacar de Testament: The Order of High Human es lo solitario que se siente el mundo. Entiendo la idea de que está en crisis, pero eso no debería significar que encontramos a un ser viviente que no sea enemigo de vez en nunca. Tessara como un todo se siente y se ve totalmente vacío, e incluso con los enemigos, no logras congeniar con lo que sucede en el juego, o la trama que propone.

Jugabilidad

Testament: The Order of High Human es un juego del tipo acción, hack n’ slash, con mecánicas de RPG, que como he dicho, nos invita a ponernos en la piel de Aran y recuperar sus poderes. Sus medios de defensa son la espada, el arco, e incluso la posibilidad de dominar la magia, a través de la cual podrás elegir hasta 16 variedades que van desde algunas que sirven para defenderse como crear un escudo, lanzar una trampa que causa daño a los enemigos en un círculo, u otros.

Conforme progreses irás obteniendo cada una de esas herramientas. De igual manera podrás ir mejorándolas a través de un árbol de habilidades que te permitirá por ejemplo realizar más veces el dash, que el tiempo de carga del arco sea menor, lanzar un espadazo cuando te eches hacia atrás al evadir, flechas de fuego, así como las variedades de magia antes mencionadas. El árbol funciona con puntos de habilidad que obtienes al subir de nivel, y este sube matando enemigos, encontrando cofres o simplemente progresando.

Mi queja más grande de la jugabilidad es lo lenta que puede ser, en muchos aspectos. A nivel progreso puedes sentir que los jefes iniciales son difíciles por el simple hecho de que son más rápidos que tú o porque causan mucho más daño del que tú a ellos. A nivel jugable, Aran es lento, lento como una tortuga, a tal grado que se vuelve frustrante seguirle el ritmo a los diferentes jefes, porque a pesar de que se diga que es un buen timing, creo que la verdad es mucho más suerte que habilidad la que necesitas para acabar con los jefes importantes.

Pero no todo es pelea, Aran debe también resolver diversos acertijos, como hacer que una luz toque diversos puntos para activar puertas, saltar entre plataformas para activar botones que también abren puertas, o desactivar trampas para, adivinaste, también abrir puertas. Las mecánicas de plataformas denotan falta de pulidez, y creo que a esto le podemos sumar el problema del esquema de control, porque si bien el juego llegó a PC, afortunadamente, o más bien debo decir, desafortunadamente cuenta con compatibilidad para control, que en mi caso opté por jugarlo así, y me costó mucho trabajo aprender que con L1 corres, R1 saltas y que las armas cambian utilizando los botones como triángulo, círculo o cuadrado en el caso del DualSense. Horrible, y después de horas, seguía siendo horrible.

Contamos también con consumibles que encuentras y que después deberás fabricar y éstos te ayudan por ejemplo a tener dash infinito por cierto tiempo, recibir menos daño, o provocar más daño, entre otros.

Si bien la mayoría de los enemigos los puedes matar con las tres herramientas antes mencionadas, existe otro tipo de enemigo que han llamado «sistema eclipse» en el cual deberás destruir unos ojos que solo puedes ver con tu «segunda visión» y mientras no lo hagas, tu vida se irá consumiendo hasta que mueras, o que acabes con los ojos y luego con el resto de enemigos.

Conclusión

Testament: The Order of High Human es un juego decente, con falta de pulidez, y que desafortunadamente no luce a nivel técnico como un juego del 2023, pero que destaca porque fue realizado por un equipo pequeño, que tal vez se fijó objetivos demasiado altos que quedaron, en su mayoría, a medias.

No es el juego perfecto, pero admito que me atrapó, primero por sus santuarios con acertijos y plataformas, y segundo por la frustración que me causaba estar a poco de matar al jefe… y que éste me matara, lo que provocaba que volviera una y otra vez al juego.

Agradecemos a Faryship Games las facilidades para realizar esta reseña.