No siempre el terror tiene el mismo origen. Cuando acecha, puede hacerlo encubierto de una apariencia angelical que solo cuenta los minutos para mostrar su cara diabólica. En otras ocasiones...
Cualquier cosa puede detonar la aparición de seres hambrientos, almas vengativas o matanzas grupales. Basta un accidente, una mala decisión, un bosque apartado, un cine abandonado o el simple nacimiento...