La posibilidad de hackear una consola de videojuegos ha estado presente desde el inicio de los tiempos (de estos maravillosos inventos, obviamente), ya sea para el más noble oficio de crear un videojuego en base al sistema de la misma consola, como es el caso de Battletoads, publicado por primera vez para la famosa Nintendo Entertainment System, en el año 1991, gracias a la genialidad de los hermanos Tim y Chris Stamper; o en su defecto, para la más vil de las acciones: la reproducción y distribución de copias de obras protegidas por el derecho de autor, así como su transmisión al público o su puesta a disposición en redes de comunicación en línea, sin la autorización de los propietarios legítimos, o sea, la piratería.
Geeksby suena agotado y agobiado después de recitar esto.
Sin lugar a dudas, siempre ha sido tema de discusión el hecho de si el hackeo de consolas puede ser usado para mejorar el servicio, o simplemente es el inicio de uno de los peores males de la era digital. Aun así, existen entidades en el mundo que todavía están arriesgando e insisten en que no hay que ver lo negativo de las cosas, sino su utilidad práctica. El hackeo de consolas en Europa es legal, mientras no se use para piratear.
«¿Cómo es posible esto?», se lo pregunta Geeksby, sin dejar de abrazar su copia pirata de Adventure Island 3.
La venta e instalación de modochips no es ilegal en la Unión Europea, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos específicos. Esta es la conclusión que se puede sacar al revisar la sentencia emitida por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea – Geeksby ahora parece todo un conocedor de las leyes–, publicada con la idea de solucionar dudas generadas en un tribunal de Milán, donde Nintendo y PC Box se enfrentan en un juicio por la venta de modochips para Wii U y Nintendo DS.
De acuerdo con la defensa de PC Box, la venta de estos dispositivos permite la ejecución de software homebrew, que son programas caseros no oficiales con los cuales se podrán usar las máximas capacidades de las consolas en cuestión. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea parece haber entendido las razones del distribuidor y, basándose en el principio de la proporcionalidad, defiende que las medidas “anticopia” limitan los usos de las consolas.
“Está claro que estas sentencias cambiarán la perspectiva que muchos países tenían sobre el uso de estos complementos para las consolas de videojuegos; sin embargo, en un país como México, en el cual la piratería está ya convertida en un oficio en cada estación del metro, será necesario realizar más que sólo algunas sentencias para poder llegar a dar este paso tan importante en una sociedad digital”, concluyó Geeksby, después de tardar días en digerir toda esta información espantosa, y poderla plasmar con sus ágiles dedos digitales.
De paso, Geeksby sacó su Nintendo Family Computer y se dispuso a jugar su copia pirata, pero entrañable, de Super Mario Bros, sin dejar de escuchar la máxima de BioShock Infinite sonando desde la televisión de bulbos: “El hombre siempre ha sido mitad héroe y mitad necio. Nunca conseguí averiguar cuál de las dos era la peligrosa”.
Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus Media.
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