Remnant II es un juego que tiene identidad propia en su mayoría, pero que cae en el pecado de no contar con una historia que atrape o que es tan rebuscada que resulta complicado seguirle el ritmo de forma lineal.

Es divertido, difícil, pero con mecánicas de juego que para mi, que no me considero experto en el género, fueron fáciles de aprender pero difíciles de dominar, sobre todo porque considero que hacer dodge en cualquier juego, no es mi especialidad.

Si te gustó el primer título espera más de lo mismo, con mejoras de calidad que se agradecen, pero también con los mismos pecados.

Nuestra reseña.