Windbound es sin duda una experiencia que merece ser jugada. Es de esos títulos que con decir poco, dicen mucho, y con el cual cada jugador puede o no tener una experiencia personal muy diferente de otro. 

Su jugabilidad nos invita a retarnos a nosotros mismos, y aunque tiene sus detalles y sinceramente a veces puede parecer demasiado monótono, sería bueno que en lugar de quedarte con un estilo de juego relajado te atrevas a matar a ese extraño leopardo que está merodeando o que encuentres el lugar más recóndito del mapa, quien sabe, podrías llevarte una sorpresa.

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