Como parte de su informe financiero, el presidente y director de operaciones de Activision Blizzard, Coddy Johnson, afirmó que romper su trato con Bungie fue la decisión correcta para el futuro de ambas compañías.
“Bungie empieza a enfocarse en la IP que crearon, y nosotros nos centramos en nuestras más grandes oportunidades y más grandes franquicias con nuestros mejores recursos”, comentó el directivo sobre la separación.
De acuerdo con Johnson, la separación se concretó de manera conjunta y en términos amistosos. En términos generales, el directivo declaró que Activision tomó la decisión ya que Destiny como franquicia no estaba cumpliendo con las expectativas comerciales proyectadas.
«Destiny es muy aclamado por la crítica, es contenido de muy alta calidad, pero no cumplió con nuestras expectativas financieras», dijo Johnson.
Las compañías firmaron un contrato de 10 años para desarrollar varias entregas de la saga. Sin embargo, desde el principio se decidió que Bungie podría conservar la propiedad intelectual en el futuro.
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Por ende, Activision no veía una gran oportunidad a largo plazo al trabajar en una franquicia que no era suya.
“Tener control sobre la licencia nos da la oportunidad de movernos a nuevas experiencias y modelos, lo que conlleva nuevos flujos de beneficios y, estructuralmente, una mayor economía cuando eres dueño de la IP», agregó Johnson.
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