Entra en el mundo de Tzeentch en Total War: Warhammer III

Tzeentch, el dios cuervo, es el dios del caos de la magia, el engaño y la manipulación. Es la fluctuación personificada, una deidad demoníaca que encarna el constante cambio que es el caos.

Kairos Tejedestinos es el señor de la transformación más poderoso que sirve a Tzeentch. Se trata de un hechicero sin rival que ha sido bendecido con visiones del pasado y del futuro, por lo que conoce cada acción antes de que se conciba, lo que le permite alterar el destino para adaptarlo a sus malvados propósitos.

Este horror de dos cabezas, que posee un ingente arsenal de habilidades mágicas que puede desatar sobre el enemigo, es uno de los Hechiceros más poderosos, por lo que es capaz de sembrar el caos en los sangrientos campos de batalla de Total War: Warhammer III. Su habilidad predilecta, Báculo del mañana, aumenta drásticamente la frecuencia a la que puede lanzar magia, lo que le permite canalizar sin esfuerzo una mezcla aterradora de los hechizos más devastadores que existen, incluidos los del nuevo saber de Tzeentch.

Los ejércitos de Tzeentch, la fuente de magia definitiva en el mundo de Warhammer, están formados por increíbles hechiceros que utilizan hábilmente la magia para atacar las filas enemigas desde la distancia mientras una ágil flota de unidades voladoras demoníacas elige cuidadosamente sus enfrentamientos para controlar el campo de batalla. Cuantos más hechizos lancen sus sirvientes en combate, mejores serán las habilidades mágicas que podrá desbloquear para desatar un gran remolino en el campo de batalla.

Dentro de la campaña, el dios cuervo pretende crear tumulto y confusión en su propio beneficio. Sus facciones pueden realizar acciones de Transformación para maquinar situaciones diplomáticas y controlar otros elementos de la realidad. Además, sus seguidores pueden manipular los Vientos de la magia a su antojo, lo que les permite aumentar o reducir su potencia por todo el mundo mortal.

Los sirvientes de Tzeentch comparten su gusto por la conspiración y la manipulación, y conquistan en su nombre con astucia, hechicería y embustes. El núcleo de su lista está formado por horripilantes Demonios como los risueños horrores azules y rosas, así como los abominables Incineradores de Tzeentch, que arrojan fuego infernal al enemigo sin pudor alguno. Además, las unidades voladoras, como los caballeros condenados, los carros flamígeros y los aulladores de Tzeentch, desgarran los cielos antes de abalanzarse sobre las filas enemigas.

Fuente: Comunicado

Deja un comentario