For Honor

Vikingos, samurais y caballeros. Tres tipos de guerreros diferentes, tres personajes diferentes, tres historias diferentes, pero sobretodo, tres culturas que se definen por sus actos, humanidad, tipo de pelea y muchas otras cosas que la historia nos ha demostrado.

For Honor, quiso traernos una primicia que combinaba a diferentes culturas, pero sobretodo con una mecánica de batalla que llamó la atención de propios y extraños, pero ¿realmente logró todo lo que aspiró?

Historia

La historia de For Honor primeramente y antes de iniciar (el juego por completo), nos pide elegir a una facción por la cual lucharemos, dándonos una breve descripción de lo cada una de las facciones. Posteriormente y al elegirla, iniciaremos una aventura que consta de tres capítulos: caballeros, vikingos y samurai.

¿Pero cuál es el argumento? Tan tonto como podrías imaginar: los caballeros incitan a la guerra que los lleva con la siguiente facción, y así hasta la última. Todo esto con una antagonista que aspira a ser la diosa de la guerra y que lleva por nombre Apollyon, alguien a quién, si gusta la fase beta o al menos viste los trailers, ya deberás conocer.

La historia de For Honor más allá de ser un argumento con una buena justificación respecto al porque las tres facciones pelean, termina siendo un conglomerado de niveles reciclados del modo multijugador que desarrollan su trama en cinemáticas con diálogos flojos y sin una convicción que te anime a siquiera prestarle atención a los detalles.

La triste realidad es que la historia parece ser un parchado de muchas cosas con las que ya no encontraron la manera de lograr un argumento, que bien pudo ser una gran historia de ficción entre tres culturas diferentes y que simplemente se quedó en «el ya merito».

Al final, la historia meramente te servirá para desbloquear emblemas, piezas de armadura/armas y logros. Y no, no es spoiler.

Presentación

For Honor sin duda es uno de los juegos que más llamó la atención por sus gráficas, sin embargo, a pesar de un gran trabajo plasmado en sus cinemáticas y con sus grandes vídeos de promoción, el juego se convirtió en promesas y más promesas.

Sí, las cinemáticas son sumamente increíbles, el nivel de detalle en cada una de ellas es muy bueno, y se acompaña con una música que le hace honor y que te transporta a un momento en específico de conflicto, pero un juego no puede componerse de una gran cinemática y dejar a un lado lo que a muchos jugadores hoy les importa: las gráficas.

Y es que hablando de este apartado, For Honor carece del nivel de detalle que sus cinemáticas presumen, pues es muy triste ver que tan solo con unos cuantos minutos de jugar la campaña, notara que ni siquiera se cuidaron los efectos para dar realismo a los lugares donde se realizan las batallas que vivíamos. ¿Y a qué me refiero exactamente? Es tan fácil como decir, que un castillo al hacerse pedazos, en lugar de mostrarnos piedras y polvo, nos termina mostrando algo que parecieran pedazos de plástico deslizándose por sí solos. Aunque también tengo que decir que esto no lo hace malo del todo, pues en definitiva el poder del motor gráfico Anvyl se nota en cada uno de los aspectos de los personajes y de la los enemigos a los que nos enfrentamos.

Otro detalle es cada uno de los escenarios que visitamos: vacíos y sin vida. Esto es un error que cometió Destiny en su momento, y parece que For Honor no tomó en cuenta esa crítica, pues también hizo lo mismo. Realmente los mundos que recorremos no nos brindan esa emoción de querer explorarlos, algunos son demasiado pequeños, y otros simplemente son una copia de lo que es el mapa multijugador. Pero tal vez la cereza en el pastel es: no hay una razón para explorarlos, pues lo único que encontrarás «adicional» en ellos son vasijas para romper y encontrar unos coleccionables, así como lugares y/0 objetos específicos para observar que te contarán algo sobre dicho elemento, por ejemplo «esa ropa usaban los vikingos para sus ceremonias»… ¡súper!… encontrar o romper esto, solo te dará un poquito más de experiencia, nada más.

Pero no todo es malo, pues Ubisoft merece tener mérito por la banda sonora del juego así como también los efectos de sonido que hacen que la experiencia de cada batalla sea más inmersiva. Ese grito de «Honor!» al iniciar cada batalla multijugador es simplemente sublime.

Tal vez una de las partes que puede resultar un tanto sofocante es el diseño de menús del juego. La interfaz de usuario resulta totalmente sucia y sobre saturada, y la navegación entre puntos que deberían resultar importantes para una partida simplemente no son para nada intuitivos.

Por último pero no en importancia también debo mencionar el diseño de los personajes, pues cada uno de ellos maneja no solo una técnica diferente, sino también vestuario, equipamiento y un poquito de personalidad respecto al otro, además siento en lo personal que todos se encuentran muy bien equilibrados al momento del combate en multijugador, y realmente todo depende de tu habilidad con el mando.

Jugabilidad

Durante mucho tiempo, y hasta el día de hoy, la campaña publicitaria del juego nos ha vendido «una guerra de facciones». Todo esto terminó, nuevamente en una sola promesa.

For Honor es un juego en el cual elegirás una facción, como ya mencioné, pero esto no significa que solo vayas a pelear con ella, o que la historia de cada una de éstas sea diferente de la otra. La realidad es que solo significa que durante cierto tiempo, pelearás junto a ellos para obtener puntos a nivel global.

Y es que cuando nos metemos de lleno a las batallas multijugador, los equipos no se dividen por facciones, es decir, no tenemos a los vikingos, caballeros y samurais peleando entre sí, sino más bien se dividen por colores, lo cual se traduce, en que el equipo amarillo por ejemplo, puede tener a dos samurai, un caballero y un vikingo, o dividirlos a gusto de cada jugador, por lo que realmente no es una guerra de facciones, sino de equipos multidisciplinarios.

Tal vez uno de los problemas más grandes de la jugabilidad es el desequilibrio en las partidas, principalmente en el modo dominio donde un jugador puede convertirse en la cena de otros dos que se la pasan recorriendo el mapa en conjunto, y es que aveces nos tocará ver partidas donde el último hombre en pie del equipo, se la pasará corriendo alrededor del mapa para intentar sobrevivir, o simplemente ser víctima del arma enemiga.

Pero también tiene puntos fuertes, pues la física de los cuerpos es muy buena lo que resulta muy importante dada la cenestesia necesaria para jugar con habilidad y que además, hace que cada uno de los personajes resulten realmente fáciles de controlar y sí haz utilizado a todos, también te resultará fácil distinguir frente a qué te enfrentas.

Al final, cada una de tus batallas será divertida por sobretodo. Ya sea que decidas jugar 1vs1, 2vs2 o en un 4vs4 contra personajes reales o contra la computadora, For Honor es divertido, con su combate cuerpo a cuerpo que no le pide nada a ningún otro título y con incluso influencias de juegos de estrategia para otros apartados.

Conclusión

For Honor prometió mucho, pero nos dejó a medias en ciertos aspectos. Sin embargo, eso no lo hace un mal juego, ni mucho menos algo que no vayas a disfrutar, sobretodo por el equilibrio que encuentras en cada partida y por la facilidad para adaptarte al estilo de juego de cada facción.

For Honor es una quimera de muchos juegos, que resulta fascinante a veces y que te hace olvidar ese mal día que tuviste. Exige práctica pero sobretodo paciencia, un juego que solo los verdaderos guerreros van a soportar.

Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus.

Agradecemos a Ubisoft las facilidades para realizar esta reseña.