Después de que se revelara la inclusión a la lista en 2018, la OMS ha optado por ratificar la adicción a los videojuegos como enfermedad mental en su reunión de Ginebra, dando pie así su integración en la actual versión de su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), también conocida por sus siglas inglesas, ICD-11.
La «enfermedad» estará dentro de la sección de adicciones por juegos de azar con una formulación prácticamente idéntica a la de adicción a las apuestas o ludopatía en su descripción actual. Esta reforma se hará efectiva el 1 de enero de 2022.
El CIE es un sistema de clasificación de enfermedades con un objeto taxonómico para favorecer la investigación epidemiológica, la gestión de sistemas sanitarios y los tratamientos clínicos.
Se ha definido como un comportamiento persistente o recurrente en el que el usuario pierde el control sobre aspectos como la frecuencia, intensidad, duración, contexto, etc., del uso de videojuegos, dándole prioridad sobre el resto intereses y actividades diarias de forma continuada pese a que genere consecuencais negativas. Es decir, una definición muy similar a la de cualquier tipo de adicción.
Sin embargo se afirma que debe tener suficiente severidad como para impedir el desarrollo significativo de actividades importantes de la vida, incluyendo ámbito personal, familiar, social, educativo o laboral, durante un periodo de doce meses o más.
La inclusión de la adicción a los videojuegos en el CIE-11 puede servir como base para fundamentar medidas legislativas para regular el mercado.
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