Atari Mania

Los más veteranos tal vez recuerden a una empresa que en los tempranos 80s era un sinónimo de videojuegos: Atari. Fue en muchos aspectos la empresa que puso a los videojuegos en el mapa, y al mismo tiempo casi los borró del mismo.

Pero pasado el tiempo, y viendo el gran trayecto que la industria ha tenido desde esa tierna época, uno no puede más que voltear con nostalgia a estos juegos más simples, los cuales tienen una cierta belleza en su simplicidad.

Historia

El Caretaker es un hombre sencillo que solo va a su trabajo a dar lo mejor de sí cada día en las oficinas de Atari. Está acompañado por los personajes de juegos clásicos (los realmente clásicos) quienes se  considera como “actores” en sus juegos, donde toman el papel que les corresponde y así llenan de alegría a quienes disfrutan de sus juegos. Un día, la cosa no es tan ordinaria como de costumbre.

Para empezar, nuestro héroe se da cuenta que el lugar está plagado de pixeles muertos, los cuales succionan a los personajes o “actores” antes mencionados. Dichos personajes incluyen a Millipede, Torr y hasta las barras del Pong, por poner un ejemplo.  Aunque resulta que el desastre tiene un origen un poco más cercano, en uno de estos actores para ser exacto, el cual no está tan satisfecho con el destino que le espera a los juegos antiguos como él y sus colegas.

La historia es relativamente interesante para tratarse de un juego cuyo planteamiento en realidad es bastante sencillo. A la vez, funciona bien para darle estructura a tu aventura y darle bastante carisma a los escenarios que conectan los diferentes niveles de minijuegos.

Presentación

Atari Mania tiene una presentación bastante limpia y pulida para lo sencillo que es. El arte es una especie de pixel-art que más bien trata de representar a los personajes clásicos de Atari con una estética más suave y atractiva, sin que se pierda esa esencia retro.

La música es bastante buena y pegadiza, aunque a veces puede llegar a ser un poco repetitiva. Pero bueno, le juega a favor que el título en realidad es bastante corto, por lo que tampoco es que vayas a pasar tantísimas horas escuchando la misma música, a menos que desees desbloquear todas las curiosidades y vencer tus tiempos.

Hablando de curiosidades, no puedo irme sin mencionar lo bonito y cuidado que está el apartado de los recuerdos, como las portadas o los manuales que puedes ir desbloqueando durante el juego. Se nota que los desarrolladores tenían un gran cariño y respeto por estas obras del clásico Atari, por lo que se esforzaron para convertir a este título en un autohomenaje y a la vez, en un pequeño museo virtual.

Jugabilidad

El juego en sí empieza como una aventura en donde tendremos que ir recorriendo los distintos pisos del edificio de Atari, resolviendo algunos acertijos leves, explorando cada uno de los cuartos que componen las oficinas; consiguiendo ítems que nos permitan avanzar y abrir nuevas áreas de lugares que hallamos visitado anteriormente, mientras vamos descubriendo secretos en forma de coleccionables. Pero podríamos decir que todo esto es solo el gameplay que sirve como conector del apartado principal del juego, los micro-juegos.

Los micro-juegos, son pequeños juegos que usualmente tienen un limite corto de tiempo y consisten en remixes de juegos clásicos, pero no solo eso, sino que estos remixes también mezclan a varios títulos a la vez, cambiando las reglas de formas inesperadas y creando algo totalmente nuevo; por ejemplo, podemos encontrarnos con una partida muy sencilla y rápida de Pong, solo para después encontrarnos con que debemos usar a la barrita protagonista antes mencionada, para rebotar los cuadros de Pong de forma que destruyan al Milliepede que se desplaza por la pantalla, o que por ejemplo el vaquero de Outlaw se enfrente contra uno de los tanquecitos de combate.

En general son combinaciones locas y divertidas, pero también bastante retadoras, la dificultad es elevada en algunos de los juegos y esto puede ser agravado por algunos detalles frustrantes en su jugabilidad. Hay cosas que pueden no ser de mucha ayuda a la hora de enfrentarnos a los micro-juegos; por ejemplo la sensibilidad es algo inconsistente, ya que tus movimientos pueden ser muy intensos o rápidos en un algunos micro-juegos, lo cual vuelve muy difícil el ser precisos y hace que cuando pierdas no se sienta tanto como que tu habilidad fue la culpable, también no ayuda que aveces las reglas podrían no estar del todo claras en algunos micro-juegos, por lo que tendrá que ser un proceso de prueba y error, hasta que decifres muy bien como ganar. Por una parte se entiende que ese es el punto, el hecho que debas repetir tus partidas hasta que puedas ejecutar los movimientos exactos que te den la victoria; pero creo que pudo haber sido mas elegante en la ejecución. Aun así, me he divertido bastante con estos pequeños remixes, mientras que he disfrutado el reto constante que presenta cada piso durante la aventura. El juego es corto, pero también muy rejugable.

Conclusión

En general, Atari Mania es un título muy divertido y nostálgico para aquellos que hayan crecido jugando a los clásicos juegos de Atari. Aunque algunas partes puedan resultar un poco cortas y fáciles, la historia y los minijuegos son una grata sorpresa y están muy bien implementados.

Si eres fan de los juegos de Atari o simplemente quieres revivir un poco de esa época, este es un título que debes probar.

Agradecemos a Atari las facilidades para realizar esta reseña.