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El debate de que si los videojuegos son arte o no, es viejo… viejo como un pan caduco, pero es inevitable, por citar un ejemplo, puedo mencionar cuando tratamos de defender el medio, a la mayoría nos gusta pretender que hacemos algo de provecho y que no solamente estamos sentamos perdiendo hora tras hora viendo una pantalla en vano, es debido a esto que me surge la duda ¿en realidad es verdad que no solamente estamos perdiendo el tiempo?
Partamos desde lo básico: oficialmente los videojuegos ya son considerados arte y están protegidos por todo lo que conlleva serlo, pero mi punto va hacia un nivel más profundo, ¿son los videojuegos arte trascendente? Nostalgia Critic trató el tema hace un tiempo y nos dio la visión de este tema desde la perspectiva de un hombre que ha dedicado su vida a las películas, él dijo que la diferencia entre el cine y los juegos era «The choice», es decir, la capacidad de decidir en los juegos, eso es lo que los define.
A partir de aquí pienso en argumentos muy interesantes sobre como la interacción con las opciones nos dejan expresarnos y proyectar nuestras emociones, por ejemplo, otra de sus editoriales habla sobre como el arte no es una forma de escapar de la realidad sino una forma de entenderla y hacernos reflexionar, eso es lo importante.
Tomando estas dos puntos como referencia, regresemos a la pregunta clave: ¿son los videojuegos un buen arte? Primero hablemos sobre las decisiones, ya que lo cierto es que no todos los juegos tienen o necesitan dar decisiones al jugador, al menos no sobre la trama, por ejemplo, títulos como Mass Effect o Heavy Rain nos dan opciones para mover la trama o terminarla dependiendo de la manera en que hayamos tomado las decisiones que nos ofrecían, pero entonces, ¿qué pasa con los juegos como The Last of Us o Shadow of the Colossus donde solo podemos llegar a un final y la trama siempre pasa por los mismos puntos para todos? Es justo aquí donde tocamos el segundo punto: la forma en que nosotros reflexionamos a través de la interactividad.
En The Last of Us sientes que eres un sobreviviente que tiene todas las de perder y que cualquier paso en falso puede significar la muerte, entonces, es cuando tomas el protagonismo del juego y asimilas lo hostil que es ese mundo y el como tú como individuo eres capaz de hacer esas atrocidades para mantenerte vivo.
Por el otro lado, en Shadow of the Colossus puedes sentirte mal por matar a las nobles bestias que habitan esa tierra cuando que ellas no han hecho nada para ser tratadas así, sumado a esto, puedes sentir la desolación y belleza de esa zona prohibida, son obras las cuales transmiten su mensaje a través de aquellos elementos lúdicos y que, a la vez, convierten a la trama en dependiente de tú sientas sus mundos. Por poner un ejemplo, la historia de Wander reviviendo a su amada no tiene sentido si no sientes lo que el es capaz de hacer por ella y esto solo puedes sentirlo al hacerlo, sin duda son experiencias únicas que no podrías vivir en ninguna otra parte y que cualquiera que las probara y sintiera, quedaría perplejo al ver de lo que es capaz el medio.
Entonces si son arte importante, ¿verdad? (como odio ser tan redundante) la verdad es que si, los videojuegos son importantes por que al igual que las otras grandes artes nos hacen entender el mundo desde la lente de sus autores y la visión con la que fueron creados, quizá los mayores lastres que tenemos ahora mismo son títulos como Call of Duty o cualquiera de los juegos que se basan en seguir tendencias e ir a lo fácil o lo genérico con tal de no arriesgase a perder ventas, después de todo ahí tenemos a Watch_Dogs que prefirió ser un sandbox con una temática interesante pero que fue enfrascado en una mala historia de venganza, cuando en su lugar pudó arriesgarse a ser reflexivo y trascendente.
Al final depende de nosotros, los consumidores, ser parte de la dirección que tomará el medio, pues si dejáramos de prestarle atención a las obras sin ambiciones reales y empezáramos a responder a aquellas que nos ofrecen nuevas formas de experimentar con los juegos, será el día en que de una vez por todas podamos clamar abiertamente que… ¡Los videojuegos son arte!, o podemos seguir comprando Call of Duty y matar terroristas de aquí hasta que la artritis nos impida agarrar un mando o bien, hasta que cometamos suicidio, lo que suceda primero.
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