Narita Boy

Estamos en una época dónde cada día que pasa los jugadores exigen juegos cada vez más realistas, algo que sin duda se ha logrado más gracias a la nueva tecnología y recientemente a las nuevas consolas de sobremesa, lo que ha ocasionado que las cosas retro se releguen a un lugar no tan amado por muchos: los juegos independientes.

Sin embargo ser un juego indie trae consigo algunas cosas que ya sabemos, muchos desarrolladores optan por reciclar sprites que ya hemos visto hace décadas, mientras que otros simplemente se enfocan en un juego sencillo sin preocuparse realmente por innovar en otros aspectos. Es por lo anterior que cuando llegan juegos como Narita Boy realmente te sorprende lo que un desarrollador puede hacer y más allá del resultado que puede ser disfrutado o no, es una muestra del amor que se la puesto a un proyecto.

¿Listo para un golpe de nostalgia y buenos beats de música?

Historia

La historia de Narita Boy se puede describir como esos viajes astrales que te das cuando consumes cierta plantita… o algo así.

Y es que en este juego visitas un reino digital en el cual interpretarás a un guerrero que ha sido elegido para portar la espada mítica, un arma que permitirá combatir todo lo malo dentro del reino digital y salvarlo de la desgracia. Para lo anterior contarás con la ayuda de varios personajes, pero siempre guiados por la Motherboard, un líder espiritual que te contará los pormenores de la trama, entre los que se incluyen detener la invasión de código malicioso dentro del reino a la par que tratas de restaurar las memorias del creador del mismo reino. En pocas palabras, podría compararlo con lo que sucede en Tron ya que ese guerrero elegido realmente es una persona que entra a este reino digital por alguna razón.

Es un juego con una historia que te atrapa por su misticismo, por conocer las memorias del creador del reino, pero que también puede hacerte perder el hilo puesto que algunas cosas parecieran no aportar demasiado a la trama. Es un buen juego con una buena excusa para disfrutarlo.

Presentación

La parte que más me llamó la atención de Narita Boy desde el inicio es sin duda su estilo visual y sonoro. Estamos ante un juego que simula lo retro pero no desde el punto de vista de que simplemente usará pixel art para ser retro sino que incluso nos da ese aspecto de estar usando un televisor antiguo de bulbo para brindar una experiencia aun más inmersiva.

Los diseños de los personajes son sencillos pero a la vez complejos ya que más allá de parecer humanos de hecho parecieran ser seres extraterrestres pues cuentan con extremidades alargadas que asemejan al aspecto que nos han contado, tienen los seres de otros planetas. De igual manera tenemos una especie de dioses a quiénes los habitantes del reino digital veneran e incluso para hablar con ellos tienes que hacer una especie de meditación que inicia con un aplauso para poder entrar en contacto con ellos.

En el apartado de los escenarios y en general tenemos una paleta de colores fría en su mayoría y esto aveces ocasiona que ciertas cosas no sean muy evidentes en las pistas que te ofrecen, por ejemplo me pasó varias veces que llegaba a un lugar y no sabía si podía continuar hacia los costados o no, o bien las indicaciones de si debía subir a una plataforma en un lugar específico no eran lo suficientemente claras al grado que me quedaba dando vueltas en el mismo lugar y después de unos minutos regresaba sobre mis pasos solo para después tener que volver al mismo lugar. Lo anterior en cierta forma me hizo extrañar un mapa o algún tipo de indicador que me diera pistas pues es también complejo en cierta forma aprender en qué lugar te encuentras en un momento específico.

La banda sonora es tal vez la mejor cosa que tiene para ofrecer este título y es que es tan buena que realmente disfrutas cada uno de sus sonidos y de sus beats con acentuaciones en los momentos indicados como las peleas o de tensión. Anteriormente mencioné la forma de comunicarse con los seres a través de un aplauso y es que es algo que resalto porque es bastante curioso en su animación pero también en los efectos de sonido siendo el aplauso lo que más se me grabó, aunque no es lo único, pues también están los disparos, los ruidos de enemigos, entre otros.

En mi experiencia en PC nunca tuve problemas de caídas en el frame rate ni cierres inesperados y pude jugar muy bien tanto con el teclado y mouse como con el uso de mi control de Xbox, sin embargo me llama la atención que no pude usar el d-pad para moverme, solamente el joystick, algo que si bien no me molestó, me hubiera gustado poder aprovechar jugar con el d-pad.

Jugabilidad

Sin embargo, donde menos brilla Narita Boy es en su jugabilidad ya que cae en algo que hemos visto varias veces: pelear y resolver acertijos para salvar al mundo.

Como mencioné tenemos el uso de la espada como arma principal misma que te permite rebanar a tus enemigos a gusto, pero conforme avances tendrás acceso a otras armas y habilidades, como son una escopeta, la posibilidad de hacer dodge, de recuperar parte de tu vida o lo más amenazante: un láser que destruye todo lo que se le ponga enfrente. Las mecánicas de juego son sencillas pues puedes simplemente eliminar a todo enemigo que tengas o bien evitarlos y continuar a la siguiente sección.

En algún punto también tendrás que resolver acertijos, por ejemplo ingresar una clave de tres diferentes colores y formas cuya respuesta encuentras alrededor del mundo, solamente para acceder a otra zona y continuar. También te pedirán que visites ciertos lugares o conozcas a personas que te brinden una llave para acceder a otro lugar.

El gameplay se complementa por lo antes mencionado sobre las memorias del creador, unas zonas en las cuales explorarás justamente eso: memorias, y que te ayudarán a entender más sobre la razón de ser del reino digital y lograr tu misión en este juego que grita retro en cada uno de sus rincones.

Conclusión

Narita Boy es un buen juego con una gran banda sonora y una estética que realmente enamora por su golpe de nostalgia pero sobretodo porque se nota el amor puesto en el desarrollo de este título.

Tiene sus detalles como un gameplay que no termina de enganchar y que falta ser pulido, así como la exploración que puede causar que te pierdas más de una vez, sin embargo eso no le quita mérito pues recordemos que los juegos de antaño no eran «fáciles» como los de hoy en día, o al menos eso dirá cualquier gamer de la vieja escuela.

Agradecemos a Team17 las facilidades para realizar esta reseña.