Remnant II

Nunca he sido fan de los juegos soulslike porque para personalmente los considero un género que me cuesta mucho trabajo dominar a diferencia de otros géneros, pero eso no quiere decir que nunca haya jugado alguno, y al menos puedo decir que acabé Demon’s Souls aunque fue en modo cooperativo.

Con Remnant II estamos justamente ante otro juego del género, pero a diferencia de otros títulos que se apegan al mismo, aquí no tenemos un copy paste de la fórmula per se, sino más bien que desde su entrega anterior los chicos de Gunfire se encargaron de ponerle un poco de su propia creatividad y les fue bastante bien.

¿Listo para enfrentarte ante jefes altamente peligrosos una vez más?

Historia

La historia de Remnant II nos pone en el papel de una «anomalía» y ocurre décadas después de los sucesos del primer juego donde habías acabado con la fuente que alimentaba a Root, el enemigo principal que en esta secuela continúa siendo la amenaza a vencer.

El juego como tal mezcla también elementos de roguelite pues cada partida será en su mayoría diferente a la anterior debido a que las historias que se cuentan de cada mundo que visitamos variarían de forma aleatoria, salvo algunas excepciones como el orden en el que aparecerá el prólogo, Ward 13 que viene siendo el hub para hablar con los NPCs, el laberinto y finalmente el lugar donde se encuentra Root.

La historia es difícil de seguir porque te ofrecen muy pocos detalles de lo que sucede y puede que el hecho de que los mundos no tengan un orden fijado también cause cierta confusión en la historia como tal. De hecho el prólogo es la cosa más extraña e incluso aburrida que he jugado puesto que sirve más como un tutorial que como un medio para al menos tratar de engancharte en los primeros minutos con el gameplay y con la historia.

Pero, tomando como referencia que el mayor atractivo de un soulslike siempre son las peleas con los jefes, entonces puede que para algunos la historia de Remnant II sea solo el pretexto para enfrentar a dichos enemigos.

Presentación

Primeramente hay que decir que Remnant II tiene 5 modos de escala de resolución en PC para que puedas adaptar el juego lo mejor posible a tu equipo, que van desde calidad, equilibrado, hasta rendimiento ultra, o si tu máquina es muy poderosa, puedes no escalar nada. En mi experiencia jugué en rendimiento primeramente y luego pasé a rendimiento ultra porque a pesar de que considero que mi 2070 no es tan vieja, ya se notaba que le costaba correr el juego bien establemente.

El título cuenta con un diseño de niveles de mundo abierto en su mayoría a través del cual tendremos que ir explorando para encontrar las entradas a los diferentes calabozos que pueden o no contener a los mid-bosses así como a los final bosses de cada mundo. Algunos de estos calabozos se van a generar de manera aleatoria cada que mueras, y cada partida nueva que inicies con un personaje nuevo también el orden de los mundos, o bien puedes tú mismo optar por reiniciarlos desde el menú de tu personaje.

Los mundos son tétricos y denotan la caída en general que están sufriendo. Son laberintos también para explorar y para posiblemente encontrar algunos ítems que te sirvan para mejorar tus armas, o incluso encontrar mejores armas. Contamos con calabozos extensos y muy bien detallados que me recordaron en cierta manera al diseño artístico realizado para Scorn y que en cierta forma creo que ayudan a contar la historia de cada mundo específicamente.

Contamos con un creador de personajes bastante genérico que solo te deja elegir entre algunos ajustes preestablecidos para la cabeza, la voz y el cabello, así como cosas más específicas como el color o si debe tener marcas o cicatrices.

El trabajo de voces está bien realizado y con los personajes que ayudan a conocer más de la trama del juego creo que puedo reconocer el hecho de que le echaron ganas, pero desafortunadamente la falta de contexto para muchas cosas no ayuda a congeniar con ellos. A pesar de echarme varias preguntas no lograba entender qué era lo que estaba pasando y porque un personaje necesitaba específicamente algo de un enemigo.

El diseño de enemigos está muy bien realizado y tenemos una variedad decente para cada uno de los mundos. Como mencioné contamos con jefes intermedios y jefes finales para cada mundo y estos, como es costumbre en los soulslike, son lo que más llaman la atención, y en Remnant II no se quedan atrás, aplausos de pie para el diseño de los jefes sin lugar a dudas.

La música sirve meramente para ambientar, creo que en general está ahí pero pareciera que no lo está porque en general la mayor parte del tiempo se ve opacada por los efectos de sonido de las balas, de los jefes, o porque estarás más preocupado por no morir que por la música.

Jugabilidad

Lo primero que tengo que decir de la jugabilidad es que algo que no me agradó del todo fue que Remnant II tiene un sistema de ayuda del tipo proximidad, es decir, no sabrás que estás cerca del objetivo, por ejemplo, encontrar algún ítem en específico para progresar la historia, hasta que no estés a muy pocos metros de él como tal. Esto solo provoca que sigas explorando a lo menso, y tal vez de pura suerte te encuentres ese objeto que tanto necesitabas, o que estés cerca y mueras y cuando regreses ya no esté en el mismo lugar porque se generó de forma aleatoria.

Remnant II es un juego en su mayoría soulslike pero con elementos de RPG, roguelite y también enfocado a una forma diferente de enfrentar a los enemigos: shooter. Sabemos que normalmente los soulslike optan por enfrentamientos cuerpo a cuerpo, pero también existen algunas clases que te permiten hacerlo a la distancia, pues en Remnant II justamente serán las armas en lugar de la magia lo que te permite hacerlo.

Una de las grandes novedades de esta secuela es el mejorado sistema de arquetipos que es básicamente la clase de personaje que se adapta al estilo de juego de cada jugador. Contamos inicialmente con los tipos challenger, handler, hunter y medic mientras que los otros tendrás que desbloquearlos mientras juegas. Cada arquetipo sube de nivel por cuenta propia y a su vez tiene sus propias habilidades, perks y rasgos para mejorar. Elegir a un arquetipo no quiere decir que te tienes que quedar con ese siempre, sino que podrás ir cambiando conforme progreses, pero eso significa que también tendrás que subirlo de nivel por separado.

Cada arquetipo está pensado para un estilo de jugador: el challenger es para quien gusta de enfrentamientos cuerpo a cuerpo; handler cuenta con un perro que lo acompaña y atrae la atención de los enemigos; hunter es para aquellos que optan por pelear a la distancia; y medic pues justamente para quienes prefieren jugar a la defensiva y curarse constantemente.

Como dije conforme vayas progresando podrás ir desbloqueando habilidades específicas de cada clase que te pueden ayudar en los enfrentamientos. También podrás obtener puntos para mejorar los rasgos entre los que se incluyen mayor aguante, vida, y algunos rasgos que son específicos de cada clase, por ejemplo aumentar el rango de alcance del arma o reducir el daño recibido, entre otros.

Existen diversos objetos que puedes utilizar tanto para hacer daño como para curarte, algunos objetos serán necesarios para mejorar tus armas o para agregarles efectos como fuego o electricidad. También puedes encontrar objetos para aumentar tu resistencia a daños, equipamiento, armas o incluso mejorar éstos últimos poco a poco.

En general las mecánicas del juego se mantienen iguales a las del primero, y si has jugado un soulslike sabrás de que va, pero si no, te diré que la idea principal es explorar el mundo, encontrar un calabozo y recorrerlo hasta llegar al jefe, que puede ser el final o el intermedio de cada mundo, o incluso puede que no haya nada más que unos cuantos minions. Así una y otra vez durante las horas de juego que quieras.

Algo que agradezco de Remnant II es la posibilidad de jugar con amigos o bien en partidas públicas. Esto facilitará a aquellos que como yo no sean tan versados en el género y quieran recurrir a ayuda de otras personas para acabar con los jefes, que hablando de estos, si bien cada uno es diferente, la forma de vencerlos es casi siempre la misma: aprender sus movimientos y evadirlos en el momento correcto para contraatacar.

Por cierto, como es normal en este género, la dificultad «normal» no es fácil. También existe una opción para activar el modo extremo en el cual, como en Diablo IV, la muerte es permanente.

Conclusión

Remnant II es un juego que tiene identidad propia en su mayoría, pero que cae en el pecado de no contar con una historia que atrape o que es tan rebuscada que resulta complicado seguirle el ritmo de forma lineal.

Es divertido, difícil, pero con mecánicas de juego que para mi, que no me considero experto en el género, fueron fáciles de aprender pero difíciles de dominar, sobre todo porque considero que hacer dodge en cualquier juego, no es mi especialidad.

Si te gustó el primer título espera más de lo mismo, con mejoras de calidad que se agradecen, pero también con los mismos pecados.

Agradecemos a Gearbox Publishing las facilidades para realizar esta reseña.