Mirror’s Edge Catalyst

En la actualidad los juegos en primera persona están reinados por los títulos de disparos, sin embargo, hace ocho años tuvimos una revelación en una gran cantidad de detalles que pudieron cambiar la forma en la cual veíamos este estilo de cámara en videojuegos: Mirror’s Edge, una entrega desarrollada por DICE de la mano de EA, llegaba para mostrarnos cómo una chica usando sus habilidad en parkour por encima de los edificios más altos de la ciudad recorría una aventura que muchos estábamos deseosos de probar. Estos detalles de estilo de cámara, la personalidad de la protagonista y la dinámica del juegos lograron consolidar una fuerte base de fans, que nunca dejaron morir el proyecto.

Sin embargo, al día de hoy las cosas han cambiado, una gran cantidad de juegos han decidido tomar la dinámica del parkour y lo han logrado muy bien, tanto en primera como en tercera persona, entregas como Dying Light o en su caso Assassins Creed han puesto la vara alta y es todo un reto que alguien quiera competir con entregas con  tan buen control y dinámicas entretenidas.

Lo bueno

  • Mejoras en la jugabilidad y controles
  • Agregados en el combate que mejoran la interacción
  • Diseño minimalista

Lo no tan bueno

  • Mala inteligencia artificial de los enemigos
  • Misiones repetitivas

A pesar de esto, con toda la envergadura posible y después de casi una década, este estudio de desarrollo decidió poner toda la carne en el asador y mostrarnos de nuevo su visión de cómo se debe usar el parkour en el mundo de los videojuegos.

Historia

Ser el catalizador para el futuro

En esta nueva entrega llamada Mirror’s Edge Catalyst, tomamos de nuevo el papel de Faith, una runner, que es un mensajero 3.0 en una ciudad monitoreada y controlada por la corporación KrugerSec muy al estilo de la novela de 1984. Este conglomerado se encarga de todo en Glass City: energía, alimento, seguridad y hasta desarrollo tecnológico. Comandada por un déspota líder llamado Gabriel Kruger, la corporación no tardará en ver tambalearse el statu quo, y la culpable no será otra que nuestra protagonista Faith, que será quien catalice el cambio para darle un nuevo rumbo a la sociedad.

El planteamiento es convincente, y hay un puñado de personajes con bastante carisma que realmente nos dan un buen fortalecimiento para nuestra protagonista, Icarus, un recién llegado a la organización que será un gran soporte para la misión o Plastic, una hacker que no puede comprender los sentimientos humanos pero eso le da una gran capacidad de análisis y logística. En general, la historia cumple su cometido, con un par de giros que dan un tono interesante al desarrollo, pero al llegar al tercer acto pasa algo, se siente un ligero sentimiento de corte súbito, como si de alguna manera te frenaran en seco el desarrollo, un punto bastante curioso.

¿Secuela, reboot o remake?

Por extraño que parezca, a pesar de que este es el segundo título de la saga, DICE ha decidido hacer un reboot completo de la historia, por lo tanto la única relación que tenemos con la entrega anterior es a Faith como protagonista, no encontraremos una secuencia ligada o algo por el estilo, sin embargo EA ha decidido sacar una serie de cómics (seis entregas para ser exactos) para darnos un contexto de que paso y como se desarrolla esta nueva aventura. En general no encontré un solo problema con esto, no se siente la necesidad de explicar un contexto, simple y sencillamente nos cuentan una historia distinta con algunas modificaciones en el modo de juego pero con la misma esencia.

Presentación

Una ciudad reluciente y gigante para hacer parkour

Glass City se divide en tres grandes distritos, y tanto los entornos abiertos como los cerrados ofrecen numerosas oportunidades para aprovechar toda tu habilidad brincando y corriendo entre edificios. Hay laboratorios, áticos, servidores informáticos, túneles, huecos de ascensor, estaciones de metro, grúas, etcétera, muchos de estos sitios nos ofrecen desafíos de lo más variados, basados en muros, cañerías, alarmas láser, cristales que se fracturan bajo nuestros pies y más, todo esto funciona muy bien para darnos la sensación de que la ciudad está hecha para que brinques sobre ella.

Pero tiene sus detalles, a pesar de ser el éxtasis para los amantes de lo minimalista, Glass se siente muerta, básicamente no hay nada que le de identidad, no hay personas para interactuar o siquiera para darle un poco de vida, eso al inicio no te importa, pero en cuanto domines los comandos y le dediques un poco a contemplar lo que te rodea, será claro esta carencia y podría parecerte un tanto monótono en el transcurso de tu aventura.

Jugabilidad

Sistema de juego ágil y mejorado

En Catalyst, el sistema de controles y de juego es fiel al original, utilizas el bumper izquierdo para los saltos y el gatillo izquierdo para deslizarte. Conforme avanzas, un sistema llamado Runner View te marca con una línea roja el camino que debes tomar y los objetos con los que puedes interactuar, este sistema suele ser eficiente, sin embargo en muchas ocasiones deberás de tomar caminos distintos a los establecidos por este indicador, lo que te permitirá no solo explorar nuevos puntos de la ciudad, sino encontrar atajos que te dejaran cumplir las misiones de manera más rápida y así alcanzar los logros. Una adición interesante es el uso del gancho retráctil, el cual por desgracia solo puede ser usado en ciertos puntos disponibles, así que, más que como herramienta de movilidad, funciona como una llave para acceder a puntos antes inalcanzables.

El modo de combate es otra variación bastante interesante, ya que ahora resulta más orgánico que antes. Disponemos de un botón para dar puñetazos y otro para patadas, de modo que podemos dirigir los golpes hacia un lado o hacia otro, para hacer que los enemigos choquen entre ellos. Lo mejor es que el sistema de combate está integrado con el parkour, gracias a esto podremos correr por una pared y encaminar un golpe certero desde este punto o deslizarnos por el suelo y soltar una patada, esto es importante, ya que nos encontraremos con enemigos que usan rifles de asalto, de modo que podemos volvernos invulnerables a las balas si encadenamos acciones y no nos frenamos en ningún momento, lo cual activa el llamado escudo de concentración, asociado a una barra.

Uno de los puntos negativos en este apartado son los enemigos, ya que en dos puntos flaquean enormemente, en primera, todos los enemigos son iguales, si bien tenemos alrededor de cuatro variantes de los mismos, para las diez horas aproximadas de juego logran una muy pequeña interacción, por lo cual no se convierte en algo retador, por otro lado la inteligencia artificial es pésima, podrás evadir sus golpes solo con moverte de un lado a otro, esto te hará sentir con la velocidad de Manny Pacquiao al inicio, pero conforme mejores tus habilidades y domines por completo los controles, notaras que cada pelea es igual a la anterior.

Un juego con gran valor de compra

Si bien la duración del juego es estándar con otros títulos actuales, cumple muy bien con el desarrollo de la historia, no se extiende de más y eso se agradece. Sin embargo el juego no se limita con ofrecernos el modo historia, DICE ha sabido sacar partido al mundo abierto para plagarlo de infinidad de misiones secundarias. Por un lado, hay tareas que consisten en carreras de un punto a otro, en distraer a enemigos para ayudar a otro runner, en recoger determinados objetos en un tiempo límite y demás, por otra parte, hay ciertos sitios que se pueden ‘conquistar’, como ocho centros de seguridad y cuatro nodos de red, que, a su vez, sirven para desbloquear la opción de viaje rápido a las guaridas aledañas.

También encontraremos una buena cantidad de coleccionables: 324 fugas de red, 251 piezas electrónicas, 40 bolsas secretas, 45 grabaciones de vigilancia y 42 documentos. Estos dos últimos tipos de objetos son bastante interesantes, pues ahondan en el trasfondo argumental del juego, con detalles que no se explican en ningún otro sitio, lo que invita a encontrarlos si en verdad queremos saber las motivaciones de los personajes y algunos detalles oscuros de la historia.

Otro elemento que contribuye a alargar la duración del juego es su multijugador asíncrono (modalidad de juego multijugador que no requiere que los jugadores involucrados en la partida estén jugando al mismo tiempo). Algunos de los eventos cuentan con clasificaciones online y, además, hay una serie de pantallas que podemos hackear, para que aparezcan con nuestra insignia en las partidas de otros jugadores. Ahora bien, lo más destacado son los desafíos sociales: gracias a un sencillo editor, podemos crear carreras y compartirlas para retar a otros usuarios.

Conclusión

En general se puede decir que Mirror’s Edge Catalyst conserva el legado de su antecesor, con algunas mejoras en el modo de juego y en gráficos es un buen título para las consolas de actual generación, sin embargo sus detalles son evidentes, la interacción con la ciudad, lo limitado de su inteligencia artificial, su historia somera, pero sobre todo su sistema repetitivo en las misiones, logran opacar un poco el trabajo realizado por DICE, pero sin duda es una buena entrega y merece una oportunidad.

Tres estrellas


Agradecemos al equipo de EA por facilitarnos la copia para la reseña.


Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus.

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