Prince of Persia: The Lost Crown

Prince of Persia es uno de los juegos mas longevos de la industria y uno que recuerdo fielmente cuando lo jugaba en la PC de mi papá a finales de los 90s, pese a que para entonces ya habían salido Prince of Persia 2: The Shadow and the Flame y Prince of Persia 3D.

Con el pasar de los años hemos tenido varios títulos de la franquicia en casi todas las generaciones de consolas tanto portátiles como de sobremesa, aunque no todas han sido éxitos desafortunadamente.

Después de la última entrega que dejó un sabor de boca agridulce en la comunidad, llega Prince of Persia: The Lost Crown, un juego que se embarca en el género metroidvania y en cierta forma recupera sus orígenes con el 2D, pero, ¿son estos motivos suficientes para darle una oportunidad?

Historia

Prince of Persia: The Lost Crown nos lleva a conocer a Sargon, un miembro de los Immortals, una especie de guerreros que se han encargado de proteger el Imperio Persa durante muchos años, y que nuevamente han tenido éxito en su misión.

Tras recibir el agradecimiento de la reina Thomyris y el príncipe Ghassan, éste es secuestrado por la mentora de Sargon, Anahita, lo que desconcierta a Sargon y al resto del equipo, y provoca que inicien una búsqueda y rescate del príncipe, pero aquí, las cosas no son lo que parecen…

No quisiera dar spoilers sobre lo que sucede, pero básicamente nuestra misión como Sargon será la de descubrir la verdad tras dicho secuestro mientras nos damos cuenta que los buenos no son buenos, y los malos, tampoco son malos.

La historia no es especialmente encantadora, pero sí tiene mérito por sus giros de tuerca que en lo personal me agradaron. Además, los coleccionables y otros ítems que encontramos durante nuestra aventura nos ayudan a tener más contexto sobre otras situaciones que han sucedido a lo largo de los años, llenas de misticismo, dolor, y obviamente guerra. Estos ayudan a completar el lore, pero no son obligatorias de leer.

Presentación

Una de las cosas que más me llamaron la atención de Prince of Persia: The Lost Crown fue su apartado visual y es que la variada paleta de colores cae como anillo al dedo a cada uno de los rincones que exploramos.

El diseño de personajes es bastante bueno, cada personaje tiene no solo su propio estilo visual sino un carácter y voz que lo destacan del resto. Tal vez lo malo es que no conocemos mucho más de ellos, pero como personajes que tienen cierto grado de importancia en la historia, creo que es de destacar su presencia. Existen otros NPCs que también cuentan con trabajo de voz propio y que nos ayudarán en la historia, no solo como vendedores, sino también aportando valor a la trama.

Los enemigos tienen un diseño decente, desde mi perspectiva no hay un copy paste descarado, de hecho me parece que cada una de las regiones tiene su propio diseño de enemigos, salvo unos que parecen murciélagos gordos que podemos ver en diferentes versiones. Los mid y final bosses merecen aplausos de pie, no solo por su diseño, sino también por su dificultad.

El diseño de niveles me parece bastante básico pero no en el sentido de que sea mediocre o de demeritar, sino más bien porque creo que en este apartado funciona la frase «lo simple es mejor». Contamos con diversos elementos que nos pondrán al filo de la butaca cuando se trata de explotar el género de plataformas para movernos a lo alto y largo de cada escenario, no solo por el grado de agilidad que requieres, sino también por el timing tanto de plataformas como de enemigos en algunas ocasiones.

La música está bien, nada destacable salvo los momentos de tensión en los enfrentamientos con los jefes al igual que los efectos de sonido.

Solo recuerdo un momento donde el juego se bugeó en PS5 y pensaba que perdería mi partida puesto que Sargon se quedó atorado entre un NPC y una pared, afortunadamente después de un par de segundos la situación se solucionó automáticamente.

Jugabilidad

Prince of Persia: The Lost Crow es un juego que regresa al 2D para presentarnos un título metroidvania como muchos hoy en día, con una mecánica sencilla: recorre la región hasta encontrar al jefe, matarlo, obtener el ítem para progresar a la siguiente, y así sucesivamente hasta acabar el juego.

Empezamos de forma básica con solo la posibilidad de realizar un número limitado de ataques y un salto, pero conforme progresemos obtendremos nuevas habilidades como un doble salto, teletransportarnos a otros lugares con nuestra propia sombra, realizar más ataques e incluso que éstos sean más fuertes, permitiéndonos hacer mucho más daño al enemigo. Mi queja más grande de lo fácil que son los botones es la interacción con el joystick izquierdo, creo que es cero intuitiva, pero te acostumbras.

Los enfrentamientos con los jefes finales son sin lugar a dudas el aderezo de este gran pastel, y no hablo específicamente de los últimos, sino desde los que nos encontramos en las primeras horas de nuestra aventura merecen ser destacados por su dificultad y diseño. Algo que debo decir como consejo es que no te olvides de las habilidades que vas adquiriendo conforme progresas, pues éstas pueden ser el arma necesaria para poder acabar con los jefes de una forma mucho más fácil de la que estabas intentando.

El mundo en general es bastante grande y te va a tomar al menos unas 20 horas recorrerlo todo, y eso solo para acabar la historia, ya que si quieres completar el juego al 100% tendrás que regresar a muchos otros lugares donde en ciertos momentos no podrás avanzar por falta de habilidades que obtienes más adelante. También existen cofres y paredes ocultadas que brindan tanto ítems para mejorar tus habilidades como algunos coleccionables, o simplemente te ayudan a progresar en misiones secundarias.

Hablando de misiones secundarias, creo que es importante mencionar que durante mi exploración y juego general y en cierta forma lineal, muchas de esas misiones las pude completar sin tener que desviarme prácticamente de la ruta, y creo que esto es algo que merece la pena mencionar.

Sobre la dificultad debo admitir que no me considero un experto en el género y casi siempre juego éstos en dificultad normal, sin embargo, por mera curiosidad me atreví a jugar Prince of Persia: The Lost Crow en modo héroe y debo decir que, o ya me he vuelto muy bueno en reaccionar rápido gracias a Lies of P o la dificultad de este título debe ser ligeramente ajustada para un mayor grado de reto, aunque ojo, héroe no es la dificultad más alta.

Conclusión

Prince of Persia: The Lost Crow es un gran juego que hace honor a una gran franquicia, y que incluso me atrevo a decir, rinde homenaje a lo que fue su primera entrega hace a 35 años en cierta forma.

Es un título que arranca este 2024 con el pie derecho, y que deja claro que Ubisoft puede entregar joyas cuando se lo propone.

Agradecemos a Ubisoft las facilidades para realizar esta reseña.