Roma

México, como cualquier otro país, vive situaciones que a veces se consideran inimaginables para aquellos extranjeros o incluso locales que deciden vivir aquí, o que simplemente vienen a pasar unas deliciosas vacaciones y toparse en algunas ocasiones con la realidad, con esa que no verás en folletos de turismo, y con esa realidad que a veces el gobierno o los medios de comunicación simplemente deciden omitir. Es también, una realidad que contrasta con lo que sí llegas a ver en televisión, pero es sin duda una realidad que seguimos viviendo hoy en día a lo largo y ancho del país.

Roma, es más que una película, una narración del día a día de cientos de personas que viven en este país. Y que día a día luchan con ello, o simplemente sobreviven.

Historia

Roma es como habrás leído, la historia más personal de Alfonso Cuarón, director mexicano galardonado con un Oscar en años anteriores por su trabajo en Gravity, pero que en esta ocasión decidió dejar a un lado todo el trabajo hollywoodense y contarnos algo mucho más cotidiano, sin grandes presupuestos, sin efectos especiales de alta calidad, sino más bien, algo mucho más personal justamente, algo que se vive día a día en muchos hogares de México como país.

La historia nos lleva a conocer la vida de la familia de Cuarón, una familia que sufre problemas como cualquier otra, donde los padres enfrentan problemas y prácticamente han decidido separarse por razones que tal vez solo ellos conocen. Un argumento que también presenta a los hijos que disfrutan de una vida de la clase media donde no les hace falta nada, al menos monetariamente hablando, y esto les permite incluso tener la posibilidad de contar no con una, sino con dos mujeres que hacen todo lo necesario para mantener limpia la casa: limpiar las cacas del perro, lavar los platos, despertar a los niños, llevarlos a la escuela, entre muchas otras cosas.

Una de esas chicas es Cleo, quien en la vida real Cuarón conoció como Lipo y a quien está dedicada esta película. Cleo vive prácticamente en la casa de los Cuarón y ha visto crecer a los niños y ser parte de su vida para prácticamente todo, incluyendo intentar resolver los problemas que cualquier hermano tiene en algún momento ya sea por un juguete nuevo o simplemente por no «seguir las reglas» interpuestas por el mayor. Cleo, como muchas mujeres a lo largo y ancho de México, vive, trabaja, come y duerme gracias al dinero que se gana día a día.

Pero Cleo también es como cualquier ser humano, tiene familia, se enamora, es feliz, y… se embaraza. 

Esta situación empieza a desentrañar problemas por los cuales una persona como ella puede temer: un despido por aquel «tropiezo» cometido, sin embargo, a diferencia de lo que cualquier otra familia podría hacer, y para fortuna de la protagonista, la familia simplemente decide apoyarla en ese proceso y brindarle los cuidados necesarios, aunque eso no significa que dejará de tener sus obligaciones.

Roma más que una historia personal del director mexicano, es una historia que vivimos muchos mexicanos hoy en día: ya sea porque conocemos a alguien que es la «muchacha» de la casa del amigo, o porque tal vez en algún momento de nuestra vida nosotros también tuvimos a nuestra Cleo en nuestras vidas, y a quien le debemos el habernos cuidado. O tal vez, simplemente sabes de esta situación pero crees que es «cosa del pasado.»

Roma es el México de los 70s, pero también es el México del 2018.

Presentación

La película fue grabada enteramente en formato blanco y negro lo cual acentúa aun más la naturalidad del mensaje que se quiere enviar a través de la película. Es un mensaje de amor hacia una persona totalmente desconocida pero que puede llegar a marcar la pauta en nuestras vidas, a veces por la ausencia de los padres debido a sus respectivos trabajos, o simplemente porque en ellas encontramos al amigo que necesitamos en el momento justo.

Roma incluye diálogos en mixteco, inglés y español, siendo solo los primeros los que están subtitulados y es una muestra más de la realidad de hoy en día, ya que en México se sigue hablando muchos dialectos que desafortunadamente se están perdiendo poco a poco debido al desinterés por mantenerlos o siquiera aprenderlos. La película se acompaña de sonidos cotidianos para aquellos que viven o han visitado la ciudad de México y que forman parte del amplio folclor que tiene la capital del país. La música también hace referencia a aquellos éxitos de la radio en la época de los 70s y rememora aquellas épocas de cambios que estaba teniendo la ciudad, y cambios que no necesariamente eran buenos.

La fotografía también está dirigida por Cuarón, y aunque algunos dirán que hubiera sido mejor si el trabajo lo hubiera realizado el Chivo Lubezki, la realidad es que no, y lo digo principalmente porque es una película que intenta mostrar el lado más natural y humano de las personas, sin tanta producción, sin tanta falsedad. De hecho, eso hace que incluso la película cuente con una protagonista que ni es actriz ni mucho menos conoce el mundo entero. O al menos no la conocía. Tal vez una parte mala es que la mecánica del paneo de izquierda a derecha o viceversa en algún momento se llegó a sentir demasiado repetitivo y cansado.

Y es que hablando del elenco, justamente destaca la presencia de las encargadas de la limpieza debido a que son personas totalmente naturales, es decir, no tienen que fingir que están lavando los platos porque realmente son cosas que tal vez en algún momento de su vida hicieron, o siguen haciendo. Esa es la importancia de Roma, mostrar las cosas como eran, y como siguen siendo. Lo bueno es justamente la química que se logra transmitir entre el resto del elenco o más bien, de la familia, desde los niños hasta la madre, pasando incluso por las otras encargadas de limpieza de los amigos de la familia.

Roma también nos presenta diversos escenarios de una ciudad en constante cambio, para los de antaño seguramente apreciarán el recordar como era el Teatro Metropolitan hace unos ayeres, o recordar tal vez algunas calles que si bien pueden o no haber sido recreadas en su totalidad, sin duda son de apreciarse. Pero la película no se limita a mostrarnos solamente lo positivo o la situación de Cleo, sino que tampoco escatima en hablar de otros temas que afectaban a la sociedad y son mensajes claros de aquella frase que dice «al pueblo, circo y teatro».

Cuarón también mezcla situaciones como la ansiedad de sufrir un temblor y los daños que éste puede causar, la represión estudiantil por parte del partido político que dominada el país en aquella época y demostrarnos como personajes que pudieran parecer secundarios, también influyen demasiado en la trama conforme esta avanza, brindando un mensaje del cómo el poder puede hacer que la gente común y corriente haga cosas inimaginables, y muchas veces simplemente por la necesidad de tener un poco de dinero extra. O tal vez por amenaza.

Existen cosas que se presentan en la película que probablemente aquellos que no viven en la capital o que no han sufrido en carne propia puedan simplemente tomar como algo ajeno, como el sismo por ejemplo, pero son mensajes que a pesar de estar ubicados en la Ciudad de México, son cosas que también pueden o se comparan con las que suceden en otras partes del país, como un huracán por ejemplo. Al final, Roma es un mensaje para México, para el mundo. No para unos cuantos.

Conclusión

Roma es sí una película personal, pero también una realidad que se sigue viviendo hoy en día donde una mujer que vive de hacerle el aseo a otras personas puede ganar solamente 200 pesos al día. O menos. No es el México de los 70s donde existía la represión estudiantil, donde México sufría de clasismo, es el México del 2018 donde esas y mucha otras situaciones la siguen viviendo millones de personas en un país tercermundista que aun cree que los políticos van a salvarnos del fin del mundo. Donde muchos aun creen que son mejores o superiores a los demás por tener un poco más de poder adquisitivo. Donde los estudiantes siguen sufriendo las consecuencias por el simple hecho de quererse dar a escuchar.

Donde hoy, como desde hace muchos años, hay muchas historias como las de Cleo por contar.