X-Men: Dark Phoenix

A casi 20 años del estreno de la primera película dentro de la franquicia X-Men, este 2019, y después de varios retrasos, finalmente llega a cines X-Men: Dark Phoenix, una película importante, no solo por casi celebrar el vigésimo aniversario, sino también porque es el final de una era.

¿Es Dark Phoenix el final que tanto ansiaban los fans?

Historia

X-Men: Dark Phoenix es una secuela directa de las últimas películas, cuando finalmente los seres «especiales» ahora pueden vivir tranquilamente entre la humanidad puesto que han logrado llegar a un acuerdo con el gobierno donde incluso éste último puede solicitar la ayuda del equipo para «momentos de emergencia».

Sin embargo aquí las cosas no resultaran del todo rosa puesto que, después de una misión especial de rescate en el espacio, Jean Grey absorbe una misteriosa fuerza cósmica que, aunque todo mundo pensó debió haberla matado, en realidad, la hizo más fuerte.

A lo largo de la película veremos como Jean Grey empieza a lidiar con este nuevo poder y adicionalmente, cómo empieza a descubrir que Charles Xavier puede no ser la persona que siempre pensó, y todos pensamos, es.

La historia desafortunadamente no logra enganchar totalmente a lo largo de casi dos horas, con bajones que simplemente parecen rellenos y escenas que no aportan nada interesante a la trama. Hasta cierto punto parece que tantos actores en pantalla terminan haciendo una pasarela de moda y no una película de acción y mutantes.

El argumento además se siente como aquel que vimos en las primeras entregas de la franquicia de X-Men solo con unos cuántos cambios y claro, con actores totalmente diferentes.

Presentación

Como cualquier otra película de acción y de superhéroes, X-Men: Dark Phoenix es una gran entrega en cuestión de efectos visuales, vestuario y fotografía. 

Ese viaje al espacio, los efectos para crear la fuerza cósmica, los detalles en la piel de Sophie Turner y los poderes que presentan los nuevos enemigos son una muestra clara de lo avanzada que está la tecnología y de lo reales que pueden parecer dichos efectos hoy en día.

Pero, todo lo bonito que añade el apartado visual, se ve opacado por unas actuaciones un tanto lamentables. Dirán que soy fanboy pero parece que Sophie no ha logrado sacarse del alma el papel de Sansa de Game of Thrones puesto que sigue mostrando un aspecto un tanto insensible a lo largo de toda la película, incluso en momentos donde se supone que está «muy enamorada» o «muy enojada» no parece haber gran diferencia. Sin embargo su trabajo se agradece, pero para su infortunio, el guión no le ayuda.

Es difícil no seguir poniendo como problema al guión, puesto que el resto del elenco en el filme sabemos que es de calidad… cuando el guión también lo es. Los personajes terminan pareciendo ya cansados del universo de X-Men y buscando una salida a toda la situación que han vivido en los últimos años.

Sus motivaciones incluso son un poco tontas y cuando sabes que son personajes capaces de hacer grandes cosas, terminan siendo reducidos a un «el amor, la familia…»

El trabajo de Jessica Chastain como un extraterrestre que cambia de forma es un tanto ridículo y más allá de causar un gran problema se limita a parecer que está haciendo un cosplay de un objeto inanimado. Otro talento desperdiciado.

La música es aceptable pero totalmente irrelevante. De hecho no creo recordar tan siquiera una melodía interesante que esté en la película. Los efectos de sonido acompañan la situación pero también son elementos que ya hemos visto en otras películas.

Conclusión

X-Men: Dark Phoenix no es ni de cerca lo que fans y no fans esperaban. La verdad es que se siente como un cierre forzado y sin aportar algo sustancial.

Para bien o para mal, sabemos que éste es el final de una era, y no porque cierre una serie de películas, sino por la situación que ya conocemos con Disney.

¿Vale la pena? Solamente si quieres cerrar un ciclo.

Agradecemos a 20th Century Fox las facilidades para realizar esta reseña.