Destiny: Rise of Iron

Desde su anuncio hasta su lanzamiento en 2014 me he declarado un fan de Destiny, siempre me había latido su contenido y las más de 600 horas que le había dedicado hasta su última expansión, The Taken King, hablan por sí solas.

Un año ha pasado y a pesar de que me latió mucho aquella última expansión, Destiny se había convertido en “un juego más” en el mercado. Hubieron muchas cosas que me enojaron y que simplemente hicieron que llegara un momento en el que era tiempo de decirle adiós.

Hoy estamos ante una nueva expansión, Rise of Iron, la que dicen será la última antes de la secuela del juego. Mucho ha cambiado nuevamente, pero parece que no para bien. ¿Cómo ha evolucionado el juego?

HISTORIA

Destiny nunca ha tenido un punto fuerte en su historia, siempre han sido pedazos intentando darle forma a algo pero la realidad es que nunca lo logró. No, tampoco con Rise of Iron.

El pretexto de esta nueva invasión es, que cuando el Viajero llegó a la Tierra, los Señores de Hierro eran los encargados de protegerla, y para ello habían tenido la opción de contar con un extra, un virus tecnológico llamado SIVA del cual se habían encargado de proteger, pero las cosas no salieron muy bien y ahora los Fallen se han hecho de este producto.

La historia nuevamente cae en “un pedazo más” y ahí se queda. Saladino no nos dice más de lo que necesitamos para culminar una campaña mediocre de tan solo 2 o 3 horas, y uso esa palabra pues ton solo The Taken King nos había brindado cerca de 10 horas de contenido solo en campaña.

Bungie nuevamente se encargó de darnos un DLC que solo deja más huecos a la rota historia y que reutiliza todo lo que hemos visto en dos años.

PRESENTACIÓN

Una de las grandes ventajas de esta expansión es que ahora solo está disponible para consolas de actual generación, llámese PS4 y Xbox One, lo cual se agradece pues le permite al estudio dedicarle mayores recursos a la parte gráfica del juego y esto, realmente se nota a simple vista desde que inicias el juego.

Los escenarios son atractivos a la vista, pero nuevamente caemos en reutilizar algo ya antes visto.  Pues las locaciones donde se desenvuelve Rise of Iron son en la antigua Rusia, solo que ahora son nevados y si acaso, verás unas cuantas locaciones nuevas o entrarás por puntos que antes no podías acceder.

La música sin duda es, como siempre, la mejor parte de Destiny. Desde el momento de iniciar tan solo el juego, la música te sumerge y te da una idea de lo que te espera. Sin duda desde su lanzamiento y en cada una de las expansiones del juego, la música ha sido lo mejor y más destacado para mi.

En cuanto a enemigos, tenemos más de lo mismo. O más bien, algo que vimos en todas las expansiones.  No hay prácticamente ningún enemigo nuevo, básicamente son los Fallen que han sido contaminados con la SIVA y que los ha hecho mucho más fuertes y tener habilidades especiales, aunque algunas de éstas parecieran un refrito de lo que sufrieron los Taken en la expansión pasada.

Destiny me sorprende nuevamente con su apartado gráfico, pero más que nada en el arte conceptual que manejan. El diseño de la raid Wrath of the Machine y de Aksis Archon Prime es tan exquisito o incluso más de lo que fue The Taken King, pero nuevamente se quedó a medias.

JUGABILIDAD

Sin dudar, el hecho de tener que jugar en Xbox One hizo que disfrutará un poco más el juego, ¿por qué? Porque al ser nuevo en esa consola tuve que iniciar desde cero todo el juego. Fue divertido al principio volver a chutarme las misiones, recordar las más de 600 horas invertidas en PS4, pero había algo que nuevamente volvía a ser un problema: la repetición.

Después de llegar a nivel 40 y tener la suficiente luz para acceder a la nueva expansión decidí dejar a medias todo el contenido lanzado previamente. Esto solo para darme cuenta de que Rise of Iron era prácticamente volver a jugar Destiny como si fuera el 2014.

La jugabilidad no ha cambiado. Vamos hacia la torre donde algún NPC (en este caso Lord Saladin) nos dice que ha habido un problema y tenemos que investigar su origen e impulsor. De ahí vamos a misiones donde matarás enemigos, huiremos de hordas y resolverás algunos acertijos.

Básicamente Destiny vuelve a caer en el mismo problema de repetición, esto más que nada en cuestión de campaña y misiones. De hecho el mismo juego nuevamente te invita a probar el multijugador con nuevos mapas y modos de juego como son:

• Supremacía: el cual es muy similar al “baja confirmada” que hemos visto en Call of Duty, con la diferencia de que aquí, deberás recoger los engrams que el muerto deje caer para “reclamarlo” aunque con la ventaja de que sí el difunto es de tu mismo equipo, podrás “reclamarlo” y con ello le negarás un punto al equipo contrario.
• Juegos privados: este modo prácticamente abre finalmente la posibilidad de que Destiny sea competitivo, pues te permitirá crear tu propia partida con los ajustes que creas convenientes.

Y de igual manera a jugar la incursión para obtener mejores armas. Aunque claro en algún momento tendrás que regresar a las misiones para poder completar pautas que te darán mejores armas y equipo.

CONCLUSIÓN

Hace un año escribí que era momento de decirle adiós a Destiny. Y aunque este último mes jugando me divertí y recordé porque me atrapó tanto este título, hoy puedo decir que simplemente ya no es igual.

Rise of Iron cumplió con su objetivo de crear un gran hype. Muchos hablaron y siguen hablando de él, pero una vez que lo pruebas te das cuenta de que es más de lo mismo, y que para empeorarlo, es mucho más pequeño que The Taken King.

Si no haz probado Destiny, es un buen día para adquirir el juego con todas sus expansiones por un precio realmente bajo. Pero si ya tienes el juego, personalmente no te recomendaría pagar por esta última expansión, pues lo único rescatable es la incursión.

Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus.

Agradecemos a Activision las facilidades para realizar esta reseña.