Destiny 2: The Final Shape

10 años han pasado desde el lanzamiento de Destiny un juego que como he dicho a lo largo de prácticamente todos estos años marcó una etapa de mi vida, fue de hecho, uno de los juegos que pude probar en mi primer E3 en 2014 y cuyos recuerdos añoro siempre.

Hace poco más de un año llegó la quinta expansión de Destiny 2, Lightfall, que me hizo regresar a este título, aunque no por mucho tiempo desafortunadamente. Pero ahora, con la llegada de la pareciera ser última expansión, al menos del arco argumental actual, Bungie ha provocado que quiera jugar todos los días y a todas horas.

¿Es Destiny 2: The Final Shape la merecida conclusión?

Historia

Destiny 2: The Final Shape nos llevará al último enfrentamiento contra The Witness, un personaje que había estado entre el lore del juego desde hacía mucho tiempo, pero que se manifestó finalmente en 2019 al final de la expansión Shadowkeep.

En esta sexta expansión del juego los guardianes y prácticamente todos sus aliados nos prepararemos para ese enfrentamiento final pero antes debemos descubrir ¿cómo lo matamos? ¿cuál es su punto débil? y sobre todo, ¿cómo chingados es que Cayde-6 sigue vivo?

Personalmente habían cosas que no entendía muy bien porque desde el lanzamiento de Destiny 2: Forsaken dejé de jugar y fue hasta Lightfall que regresé, sin embargo, hay 2 cosas que creo son importantes para entender la trama (que tampoco es que sea tan compleja):

1. El apartado de línea del tiempo que te permite recorrer los momentos más importantes de la historia
2. Y que la trama como tal de The Final Shape nos invita a recordar momentos cumbre del juego

Es como un gran golpe de nostalgia, y respondiendo la mayoría sino es que todas las incógnitas que habían hasta el momento, así como también dejando en claro que este solo es el final de un momento, no del juego como tal.

A nivel argumental creo que Destiny 2: The Final Shape cumple con las expectativas: entrega una trama interesante y sobre todo lo adereza con una batalla que sinceramente no esperaba, y que me dejó riéndome de felicidad por lo que estaba viviendo, atesorando ese momento.

Presentación

A nivel visual Destiny 2: The Final Shape presenta nuevos escenarios que debo admitir me dejaron mucho más satisfecho que los vistos en Lightfall. Como mencioné previamente hay referencias a momentos importantes de la historia del juego y esto también se refleja en los escenarios que visitamos, aunque no significa que por ejemplo volvamos al Cosmodromo, más bien es como una reinterpretación de ciertos escenarios.

Visualmente los niveles son impresionantes, se nota el amor puesto en cada detalle tanto en lugares cerrados como en los abiertos, permitiéndonos incluso tomarnos el tiempo para apreciar las hermosas panorámicas que nos presenta The Pale Heart, el nuevo lugar donde ocurren los hechos de esta expansión. En este mismo apartado solo quiero destacar los nuevos supers y la habilidad de trascender: son fantásticos y generan un gran agasajo visual.

A diferencia de toda mi vida en el juego en esta ocasión tuve la oportunidad de jugar en PC, afortunadamente gracias al cross-save todo mi progreso estaba ahí por lo que la experiencia fue muy buena, salvo algunos fallos con el DualSense que quiero pensar se debieron a que de acuerdo a la página de Steam la compatibilidad con el control en PC solamente es parcial.

El rendimiento en PC es muy bueno pese a que mi tarjeta no es «tan nueva» y lo único que noté en bajones de cuadros por segundo fue curiosamente al acceder a los detalles de la nueva subclase prismática, algo que me sorprende pues ni siquiera en la batalla final de la campaña donde considero hay muchos más elementos interactuando tuve problemas, ni bajones, ni nada.

Respecto a la música continuamos con un gran trabajo como hasta el momento, acentuando específicamente los momentos relevantes de la trama. También cabe recalcar que en esta expansión es donde podemos ver brillar a Keith David, el nuevo actor que da vida al comandante Zavala, a quien previamente prestó su voz el fallecido Lance Reddick.

En cuestión de enemigos tenemos a una nueva facción: los Dread. Además del Tormentor que vimos en Lightfall ahora se añaden, entre otros, los Subjugators, Weavers, Attendants, Grims y Husks, algo que sumado a todos los otros enemigos que hemos visto hasta el momento en el juego, brindan una variedad abundante de peligros en esta nueva expansión.

Jugabilidad

Tal como mencioné en Lightfall en esencia el juego se mantiene, con los respectivos cambios menores que han habido con la finalidad de mejorar la vida a largo plazo del producto.

Pero sí hay cosas nuevas a nivel jugable en Destiny 2: The Final Shape como son, obviamente, la nueva subclase y por ende los supers. La clase primástica es el pináculo del juego donde la luz y la oscuridad permiten que el jugador adquiera nuevas habilidades que como tal, nos permiten «dominar» ambos aspectos y combinar ciertas habilidades de las subclases arc, solar, void, stasis y strand. Por ejemplo utilizar alguna granada solar con una habilidad stasis, entre muchas otras combinaciones.

Los supers de cada uno de los personajes son Storm’s Edge, Song of Flame y Twiligth Arsenal, para Hunter, Warlock y Titan respectivamente. Adicionalmente podemos activar la combinación de la luz y oscuridad con algo llamado «trascender» que nos permite hacer mucho más daño y la regeneración de nuestras habilidades en menor tiempo. Trascender es también enfrentar a una clase específica de enemigos así como también poder recargarla utilizando nuestras habilidades o en spots específicos para hacerlo más rápido.

También contamos con nuevas armas y piezas de armadura en las diferentes categorías, algunas incluso que solo puedes obtener a través de misiones. Hablando de misiones, nuestro Ghost será un NPC que brindará las que puedes encontrar en The Pale Heart, así como sus respectivas recompensas. Súmale que ahora las expansiones Shadowkeep y Beyond Light ya son gratuitas, junto a la subclase stasis.

Otro cambio importante es lo que antes conocíamos como temporadas ahora se llaman episodios y se dividen en tres actos que ocurrirán cada seis semanas. Estos episodios contienen nuevas misiones, actividades y equipamiento, así como también es la forma en la que Bungie planea seguir expandiendo la historia del juego.

Además tenemos un nuevo calabozo y la tan espera incursión Salvation’s Edge en lo que creo vale mucho la pena destacar que ahora el líder del equipo hará que el resto pueda aumentar su nivel a uno similar con la finalidad de que, si por no tienes un nivel tan alto, puedas disfrutar aun la experiencia. Desafortunadamente pese a esto y al buscador de equipos, creo que la comunidad de Destiny 2 sigue siendo tóxica y me he topado con varios grupos que simplemente no te aceptan para jugar, ya sea porque no quieren enseñarte, o porque simplemente «no tienes el nivel», algo que ha existido prácticamente desde The Vault of Glass, la primera incursión del juego.

También hay una mejora jugable relevante y es el sistema Pathfinder que reemplaza los retos semanales de cada vendedor. La idea aquí es cumplir un abanico de misiones de la forma que quieras, mismos que se entrelazan y poco a poco se van haciendo más angostos hasta llegar a una recompensa final. Las misiones incluyen desde matar con cierto tipo de subclase, algún enemigo en específico, o incluso visitar locaciones que prácticamente estaban olvidadas. Puede que no sea perfecto todavía, pero es un gran comienzo.

Conclusión

Destiny 2: The Final Shape es el merecido final para un juego que cumplió su promesa inicial: un plan de 10 años, y que parece no pensar en poner el freno todavía.

Los nuevos supers, el nuevo sistema Pathfinder, y esa batalla final en la campaña han hecho que esté disfrutando el juego como hace mucho no lo hacía a tal grado que terminé comprando todas las expansiones en PC por una buena oferta y porque pareciera que ahora sí, voy a seguir jugando por bastante tiempo más, incluyendo todo el contenido que me perdí hasta el momento.

Agradecemos a Bungie las facilidades para realizar esta reseña.