Sekiro: Shadows Die Twice
No es ningún secreto que una de mis sagas favoritas de juegos es la de Dark Souls, y que de igual manera me gustan otros títulos de su género como The Surge, Bloodborne.
De todos esos títulos, la mayoría son de la compañía que lo creó y popularizó, es decir, From Software, y en este caso esta compañía nos ha entregado su más reciente entrega con la fórmula que conocemos, sin embargo, con algunos cambios, y hablo de Sekiro: Shadows Die Twice.
La temática de este título es muy diferente y la jugabilidad comparte muchísimas cosas mientras que se toma bastantes libertades. ¿Cómo se compara con la saga Souls y Bloodborne? ¿Conserva la dificultad clásica de los juegos de From Software?
Historia
Sekiro es un Shinobi, un ninja a quien llaman Wolf, y su Señor está en aprietos pues su hogar está siendo atacado por una fuerza bastante numerosa. Wolf despierta y busca llegar a su Señor antes de que éste sea secuestrado. Después de eliminar a las fuerzas enemigas que están rodeando el estado de su amo, Wolf lo llama para que ambos puedan escapar. Lamentablemente justo tras creer que habían escapado se encuentran con Genichiro, el responsable detrás del ataque y éste asesina a Wolf tras cortarle el brazo. Tiempo después, Wolf despierta y descubre que ha resucitado por alguna razón. Ha llegado la hora de recuperar a su Señor.
La historia es bastante simple, sin embargo cuenta con una narrativa mucho más natural que otros títulos de From Software, es decir, aquí ya no es minimalista y el jugador recibe la información de los eventos y del folclor durante el juego en vez de tener que encontrarla de manera rebuscada. Francamente eso me pareció refrescante, y a pesar de eso, diré que sigue siendo un poco más sutil la manera de contar la historia que la mayoría de los juegos de acción y aventura.
Presentación
Sekiro cuenta con gráficas decentes, nada que sobresalga pero tampoco se ven mal, algo que esperaríamos de From Software, un visual bastante sólido. Los escenarios están inspirados en temática japonesa, con pagodas, casas, flora y fauna que veríamos en un Japón feudal, y que es algo bastante diferente a lo que habíamos recibido anteriormente de estos desarrolladores. Las texturas son limpias, y los colores oscuros y por lo general fríos, lo cual nos da un aire de abandono y de un mundo con poca esperanza.
La música es como suele manejarla From Software. Es decir, la mayor parte del título se enfoca en ruidos de ambientación como viento, flora y fauna así como algunos tonos tranquilos para hacer las cosas más tensas o tétricas, sin nunca llegar a ser realmente música, sin embargo al llegar a batallas importantes o jefes, ésta puede llegar a ser bastante épica o dramática.
Los actores de voz en inglés siguen teniendo la calidad que hemos recibido en los demás títulos, donde los personajes hablan de manera lúgubre y tétrica, pero bien hecho y no con falta de inspiración, simplemente suenan como si cada palabra tuviera mucho dolor y desesperación. Además de eso tenemos la opción de usar las voces originales en japonés, algo muy interesante para aquellos puritanos y que además encaja perfectamente con la ambientación japonesa del juego.
Jugabilidad
El combate es donde Sekiro brilla, pues está increíblemente refinado y con una dificultad aún superior a los juegos Souls y que deja una sensación de logro mucho más elevada. Hay juegos con combate rápido y difícil como Bayonetta y Nier Automata, donde el poder esquivar en el momento exacto es vital para sobrevivir en dificultades más elevadas, en Sekiro ese movimiento es reemplazado por un bloqueo usando su katana o ninjato, lo cual nos lleva a un choque de armas increíblemente satisfactorio que nunca había sentido en un juego.
El choque de armas va mucho más allá de simplemente bloquear el daño, pues si el jugador lo ejecuta de manera prematura, este recibe daño a su postura, pero si lo hace en el momento exacto el enemigo es quien recibe daño a su postura. ¿Qué es la postura? Al perder la postura, tanto el jugador como el enemigo quedan momentáneamente aturdidos y expuestos a un ataque mortal, esto es vital para que Wolf pueda realizar un deathblow, es decir, un ataque mortal que mata a la mayoría de los enemigos de manera inmediata. Por lo tanto, los combates son mucho más que simplemente bajarle la vida a tu oponente como en todos los demás juegos de From Software, sino se basa en romper la postura del enemigo para poder darle un golpe vital, algo similar al juego de peleas de Square llamado Bushido Blade, donde un golpe mortal era lo que decidía el resultado del combate.
Algo raro en el juego es la progresión de niveles del personaje, y es que es extremadamente lineal. Aquí para subir de nivel, el jugador debe adquirir varios objetos, los más importantes siendo memorias de batallas que se obtienen al derrotar a algún jefe. Tras matar al jefe el jugador puede usar esa memoria para aumentar su daño, de igual manera usando otros objetos el jugador aumenta su vida y su capacidad curativa. Lo raro de esto es que al tener que obtener las memorias de los jefes, esto significa que el jugador únicamente puede subir de nivel tras avanzar en la historia, lo cual significa que al llegar al siguiente jefe, éste tendrá más defensa y hace más daño, prácticamente invalidando la subida de nivel, algo que hace que esta únicamente sirva para regresar a zonas ya exploradas. De cierta manera puedo entender que esto hace que Sekiro tenga la misma dificultad para todos, pues el daño hecho y recibido siempre será lo mismo para todos los jugadores, pero por otro lado se me hace tonto que exista la posibilidad de subir de nivel, pues hay poca razón para explorar zonas anteriores.
La batalla contra los capitanes es rápida pero muy difícil, y la mayoría de los jefes consta de retos increíbles, difíciles pero muy divertidos, sin embargo hay algunos que son frustrantes y peor aún, poco interesantes y que simplemente no me divirtieron.
A diferencia de Souls, Sekiro no cuenta con la variedad de armas, e incluso Bloodborne tiene muchísimas más, pues lo más cercano a eso en Sekiro son las herramientas que podemos usar durante el combate. Éstas van desde arrojarle shuriken a algunos enemigos hasta envenenar o quemarlos, ataques que pueden cambiar el resultado de una batalla de manera drástica, aún en jefes, sin embargo la variedad de armas y armaduras si se extraña bastante.
Conclusión
Sekiro no es título para todos, pues la dificultad puede llegar a ser bastante frustrante, pero para aquellos masoquistas o amantes de los retos o simplemente fangirls de From Software deberían de adquirirlo y sin duda someterse al castigo de jugarlo. Y vaya que es un muy buen castigo.
Este escrito representa únicamente la opinión de su autor y no necesariamente la del equipo de Versus. 1
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Pros
- Combate con espadas increíble
- Una historia interesante
- La formula Souls refinada
Cons
- Progreso lineal de crecimiento en le personaje
- Algunas batallas pueden ser poco divertidas